La deliciosa fruta puede ayudar a tu piel, cabello, ojos, sistema inmunológico, ¡y más!
La fruta contiene más de una docena de tipos de polifenoles. Estos compuestos vegetales tienen una actividad antioxidante que protege a las células de los daños en el ADN que pueden provocar enfermedades degenerativas, como la diabetes de tipo 2 y el cáncer. (En una investigación realizada en animales, los antioxidantes del mango realmente suprimieron el crecimiento de las células del cáncer de mama.)
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Aumentan el sistema inmunológico
Una taza de mango proporciona alrededor de una cuarta parte del objetivo diario de vitamina A, un nutriente que es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico (incluyendo la producción y actividad de los glóbulos blancos). No consumir suficiente vitamina se asocia con una mayor susceptibilidad a las infecciones.
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Pueden aliviar el estreñimiento
En un estudio sobre personas con estreñimiento crónico (y financiado en parte por la National Mango Board), se comprobó que comer mango era más útil que tomar una cantidad equivalente de fibra aislada. No obstante, es importante tener en cuenta que el mango es un alimento con alto contenido en FODMAP, por lo que puede desencadenar gases e hinchazón en algunas personas, sobre todo en las que padecen el síndrome del intestino irritable.
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Los mangos apoyan la salud ocular
Los antioxidantes luteína y zeaxantina que se encuentran en los mangos ayudan a los ojos de varias maneras. Se ha demostrado que estos dos compuestos naturales, que protegen la retina y el cristalino, aumentan el alcance visual, reducen las molestias causadas por el deslumbramiento, mejoran el contraste visual y reducen el tiempo que tardan los ojos en recuperarse del estrés de las luces brillantes. El dúo también protege los ojos de los dañinos rayos ultravioleta, y combate o ralentiza la progresión de las cataratas y la degeneración macular.
Por suerte, la fruta es fácil de incorporar a cualquier comida, dulce o salada. Por ejemplo, puedes cubrir tu tostada de aguacate con mango en rodajas, o añadirlo al yogur griego o a la avena de la noche. Bate el mango en un batido; añádelo a la salsa, a la ensalada de repollo, a los tacos, a la ensalada de atún o de pollo y a las ensaladas de jardín. Sirve el mango sobre el pescado cocido o mézclalo con cereales integrales, como la quinoa o el arroz salvaje. El mango también es una adición deliciosa y colorida a los postres y golosinas, incluyendo el pudín de chía, el helado de leche de coco, ¡incluso los margaritas de mango!
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Cynthia Sass, MPH, RD, es editora de nutrición de Health, autora de best-sellers del New York Times y asesora de los New York Yankees y los Brooklyn Nets.
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