6 razones realistas por las que siempre queremos a las personas que no podemos tener

Hay algo tan frustrantemente seductor en las personas que no deberíamos -o no podemos- tener. Juegan con nuestras fantasías, tiran de nuestra fibra sensible y nos hacen anhelar más sin cesar. Pero cuanto más tiempo nos encontramos suspirando por lo que no podemos tener, más empezamos a cuestionar nuestras propias intenciones. Y más nos esforzamos por comprender: ¿por qué parece que siempre queremos a las personas que no están disponibles?
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1.La realidad nunca puede estar a la altura de nuestra imaginación.

Queremos a las personas que no podemos tener porque por muy increíble que sea alguien en la realidad, nunca es tan increíble como nos lo podemos imaginar.

No imaginamos los defectos de alguien. No imaginamos sus defectos. No nos imaginamos las formas en las que simplemente no congeniamos con ellos – incluso cuando lo deseamos tanto. Y cuando no conseguimos estar con las personas que queremos, acabamos viviendo con una versión idealizada de ellas, una con la que disfrutamos fantaseando más de lo que realmente disfrutaríamos estando con ellas si tuviéramos la oportunidad real.

2.Tienes una excusa preparada para explicar por qué las cosas no van a funcionar, y no es personal.

Cuando una circunstancia tangible te impide estar con alguien, te proporciona una razón preparada para que las cosas no funcionen. No tienes que preocuparte de que una relación fracase porque seas demasiado huidiza o demasiado pegajosa o porque no se lleven bien con tu familia o porque no podáis resolver las diferencias de vuestras personalidades.

Puedes culpar de no estar juntos a la situación en la que te encuentras. Y por mucho que eso apeste, duele menos que ver cómo una relación se desmorona porque los dos no han podido hacer que funcione.

3.La presión del compromiso está ausente.

No importa cuán compatibles sean dos personas, una relación simplemente no funciona a menos que permanezcan igualmente comprometidos el uno con el otro. Y cuando se trata de las personas que no puedes tener, el nivel de compromiso siempre está en cero – porque hay una razón específica por la que no pueden estar juntos.

Y así esta persona nunca te ofrece menos de lo que tú le ofreces. Nunca hay un desequilibrio de devoción o atención o inversión. Los dos estáis igual de desinvertidos y es una sensación extrañamente empoderadora. Es refrescante no tener que preocuparse por el equilibrio por una vez.

4.Cada oportunidad que tienes de estar con ellos es una novedad.

Lo que ocurre con las personas que no podemos tener del todo es que nunca tenemos la oportunidad de estar con ellas del todo. Cualquier oportunidad que tengamos de pasar tiempo junto a ellos es emocionante. Cada encuentro fortuito hace que nuestro corazón se acelere.

No tenemos tiempo para cansarnos o fatigarnos o acostumbrarnos a sus frustrantes hábitos. No tenemos la oportunidad de esperar de ellos más de lo que están dispuestos a darnos. Cualquier tiempo que podamos pasar con la persona que no podemos tener es un plus y por eso siempre nos alegramos de verlos. No llegamos al punto en una relación en el que empecemos a esperar mucho más.

5.Tu deseo por ellos nunca se satisface del todo.

Cuando quieres a alguien que no puedes tener del todo, siempre queda algo que desear. Aunque consigas estar con ellos brevemente, aunque llegues a conocerlos íntimamente, aunque las apuestas se alineen al 50% a tu favor, siempre te quedarás deseando ese 100% completo.

Tus fantasías con esa persona se quedan eternamente insatisfechas y por eso sigues entreteniéndolas. Sigues suspirando por ellos. Sigues preguntándote cómo sería conocer cada parte de ellos – y esa sensación de curiosidad insatisfecha te mantiene suspirando sin cesar.

6.Lo que no puedes tener supone un reto. Y seamos serios, te encantan los retos.

Al final del día, hay un único rasgo unificador que une a todas las personas que persiguen lo que no pueden tener: les encantan los retos. Cuanto más inalcanzable es alguien, mayor es la prueba que supone para nuestras capacidades. Queremos demostrar que no existe lo inalcanzable. Que las limitaciones no se aplican a nosotros. Que las reglas siempre se pueden sortear.

Y por eso queremos sin cesar lo que no podemos tener: simplemente para desafiar la palabra «no puedo». Marca CT

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