Escrito por Cathy Meyer para DivorcedMoms.com
Si estás casado, tienes problemas y metes la cabeza en la arena, ¿hacia dónde se dirige tu matrimonio? ¡Al tribunal de divorcio! Hace poco trabajé con una pareja que estaba en el año 21 de su matrimonio. Según ambos había habido problemas desde el «primer día».
Veintiún años de problemas que deberían haber sido tratados desde el «primer día». El no tratar sus problemas a medida que estos surgían, condujo a años de resentimiento acumulado para ambos. Los sentimientos heridos, la ira y el distanciamiento emocional del otro significaron que se necesitaría mucho esfuerzo para volver a encarrilar el matrimonio.
Si amas a tu cónyuge y estás comprometido con tu matrimonio, no ignores las siguientes seis señales de divorcio inminente:
1. Fantaseas con una vida sin tu cónyuge.
Tengo un amigo que se divorció recientemente. Durante años, antes de que el matrimonio se desmoronara por completo, pasó mucho tiempo soñando despierta sobre lo mucho mejor que sería la vida sin su marido. Esto no es inusual, pero si es algo que hace a menudo y con gran abandono, es hora de buscar ayuda de un terapeuta matrimonial.
Hable con su cónyuge sobre lo que sea que le hace anhelar la vida de soltero. No será una conversación agradable, pero su cónyuge debe ser avisado y su matrimonio (especialmente si tiene hijos) merece la segunda oportunidad que podría tener a través de la terapia.
2. Lo malo supera a lo bueno.
Los problemas en un matrimonio se alimentan de la inactividad. Si tienes problemas y no buscas soluciones, lo malo pronto superará a lo bueno. Los matrimonios pueden convertirse en un caldo de cultivo o en un círculo vicioso de un problema tras otro. Hágase un favor a usted y a su cónyuge buscando ayuda y asesoramiento de un profesional capacitado antes de que la balanza se incline demasiado y se encuentren con problemas irresolubles.
3. No compartes tus pensamientos y sentimientos.
Sí, algunas cosas son sagradas -no es necesario compartir cada pensamiento o sentimiento- pero no estás haciendo un favor a tu matrimonio si no compartes la infelicidad marital con tu cónyuge. A menos que sientas que hay una amenaza de abuso (represalias físicas o verbales), la comunicación es una forma importante de aliviar el estrés y construir un vínculo más saludable con tu cónyuge. Y los problemas no pueden resolverse a menos que ambos sean conscientes del problema.
4. Participar en mecanismos de defensa negativos.
¿Su cónyuge se pone demasiado a la defensiva cuando usted expresa una preocupación? Desestima las necesidades de su cónyuge? ¿Su cónyuge critica sus creencias o utiliza tácticas de evasión? Si es así, corren un alto riesgo de divorcio. Si alguno de los dos utiliza mecanismos de defensa negativos cuando intenta resolver un problema, estará creando más problemas y no resolverá nada. Esto puede ser el beso de la muerte para su matrimonio.
5. Te sientes solo en la resolución de los problemas matrimoniales.
Mi ex se involucró en mecanismos de defensa negativos. Evitaba el conflicto a toda costa. Era un maestro en alejarse, negarse a comunicarse y desestimar mis preocupaciones sobre los problemas en el matrimonio. Tenía la cabeza tan metida en el culo que se le veían las amígdalas
Si había problemas, yo era la responsable de resolverlos… sin ayuda de él. Me puso en bandeja de plata toda la responsabilidad de nuestra relación y cuando no pude resolver los problemas, como él los veía pero no los compartía conmigo, el matrimonio se acabó.
Se necesitan dos para hacer problemas y dos para resolverlos. Ojalá estés casado con alguien que entienda este concepto.
6. Uno desea sexo y el otro no.
Un matrimonio que carece de intimidad sexual y afecto acabará en divorcio o terminará siendo un matrimonio de conveniencia. No hay nada más dañino para un matrimonio o para la autoestima de un cónyuge que el hecho de que su pareja le rechace sexualmente.
¿Quieres que tu matrimonio muera en la parra? Ignora el vínculo sexual con tu cónyuge y quédate de brazos cruzados viendo cómo se marchita.
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