Abejas en apuros y declive de la agricultura

Las abejas incluyen unas 30.000 especies. La mayoría son de comportamiento solitario, pero unas 1.000 tienen un comportamiento social avanzado. La abeja de la miel es una de las cuatro especies distintas del género Apix y es la abeja social más conocida.
Una abeja obrera de la miel permanece dentro de la colmena durante unas tres semanas antes de convertirse en una buscadora activa. Las tareas de la abeja en la colmena cambian a medida que la abeja envejece. Durante el resto de su vida, entre una y tres semanas después de salir de la colmena, recoge néctar y polen de las flores. También se recogen las resinas de las plantas para consolidar la colmena.
La mayoría de los cultivos (alrededor del 70 por ciento) que se utilizan hoy en día requieren de la polinización para desarrollar frutos, nueces y semillas. Se calcula que estos cultivos suponen un billón de dólares en ventas anuales de productos agrícolas en todo el mundo. Algunos ejemplos de cultivos comunes que dependen de la polinización de las abejas son el brócoli, los arándanos, las cerezas, las manzanas y los pepinos.
Dado que los insectos silvestres han disminuido en todo el mundo, en parte debido a la destrucción del hábitat y al uso de pesticidas, los agricultores utilizan la abeja europea para la polinización. La abeja europea puede ser transportada en cajas que llevan miles de abejas de un cultivo a otro.
Muchos países de todo el mundo han documentado un gran descenso en el número de poblaciones de abejas, entre ellos China, Brasil, Norteamérica y Europa. Las razones de este preocupante declive no se conocen realmente, pero los pesticidas (por ejemplo, el imidacloprid), la mala nutrición, los virus, el parásito varroa y el estrés se mencionan a menudo como las causas probables. Al mismo tiempo, los apicultores se esfuerzan por mantener la abundancia de verduras y frutas como antes.
Los polinizadores como las abejas siempre se han dado por descontados, pero hasta hace poco por fin nos hemos dado cuenta de que preservar las abejas y otros polinizadores es esencial para nuestras economías, que dependen profundamente de ellos.

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