Durante los primeros años de vida, los horarios de las siestas están en continuo cambio. Después de un periodo de siesta durante todo el día, los bebés acaban por asentarse en una rutina regular de dos siestas al día.
Cambiar a tu bebé de dos siestas diarias a una no tiene que ver con lo que tu hijo cree que quiere, ni con el horario que a ti te gustaría tener. Se trata de la necesidad biológica de dos siestas frente a una.
Las siestas en diferentes momentos del día sirven para diferentes propósitos en el desarrollo de la mente y el cuerpo a diferentes edades. Por ejemplo, las siestas matutinas tienen más sueño, o sueño REM, lo que las hace importantes para los bebés pequeños que lo requieren para el desarrollo temprano del cerebro. No querrá precipitar el proceso si su hijo aún se beneficia de este importante tiempo de sueño.
Hay otra consideración a tener en cuenta cuando se decide hacer un cambio de horario: la duración del tiempo que su hijo está despierto de un período de sueño al siguiente tiene un efecto sobre su estado de ánimo y su comportamiento.
No importa lo bien que duerma su bebé por la noche, las siestas siguen siendo muy importantes. Cuanto mayor sea tu hijo, más tiempo podrá pasar entre las pausas de sueño sin ponerse de mal humor. La biología detrás de esta razón dicta que los bebés pequeños necesitan dividir su día con dos siestas, pero los bebés mayores pueden manejar un día completo con una sola siesta.
Dado que hay un amplio rango de lo que es normal, es importante estudiar el comportamiento de cada niño para ver cuándo está listo para la transición a una siesta al día. Utiliza las siguientes listas como guía.
Signos de que su hijo necesita DOS siestas diarias:
- Su hijo tiene menos de 12 meses
- Cuando lo acuesta para la siesta juega, se resiste, o se alborota durante un rato, pero siempre acaba durmiendo una hora o más
- Cuando lleva a su hijo a dar un paseo en coche durante el día, suele quedarse dormido
- Si su hijo se salta una siesta, está inquieto o se muestra cansado hasta la siguiente siesta o la hora de acostarse
- Su hijo está afrontando un cambio en su vida (como un nuevo hermano, una enfermedad o el inicio de la guardería) que interrumpe su horario de siesta
- Su hijo se salta las siestas cuando usted está de viaje, pero cuando está en casa hace dos buenas siestas
Señales de que su hijo está listo para cambiar a UNA siesta diaria:
- Cuando acuestas a tu hijo para la siesta juega o se alborota antes de dormirse, y luego hace sólo una siesta corta, o no se duerme nunca
- Su hijo puede dar paseos en coche a primera hora del día y no se duerme en el coche
- Cuando su hijo pierde una siesta está alegre y con energía hasta la siguiente siesta o la hora de acostarse
- Su hijo duerme bien una de sus siestas, pero se resiste totalmente a la otra siesta
Cómo hacer la transición cuando las señales apuntan al cambio
En lugar de pensar en términos de abandonar una siesta es mejor pensar en términos de un cambio de horario. El cambio de dos siestas a una siesta rara vez se produce en un día. Lo más frecuente es que haya un período de transición de varios meses en el que su hijo necesita claramente dos siestas algunos días, pero una siesta otros.
Tiene varias opciones durante este complicado período de transición:
- Esté atento a las señales de sueño de su hijo y acueste a su hijo para que duerma la siesta cuando aparezcan las primeras indicaciones.
- Mantenga dos siestas, pero no exija que su hijo duerma en ambos momentos, permita en cambio que descanse tranquilamente.
- Elija una única hora de siesta que sea más tarde que la siesta habitual de la mañana, pero no tan tarde como la siesta de la tarde. Mantenga a su hijo activo (y al aire libre, si es posible) hasta unos 30 minutos antes de la hora que ha elegido.
- En los días en que la siesta se produce a primera hora del día, adelante la hora de acostarse entre 30 minutos y una hora para minimizar el tiempo que transcurre entre la siesta y la hora de acostarse.
El peligro de abandonar la siesta demasiado pronto
Estoy convencido de que la reputación que tienen los niños pequeños conocida como los «Terribles Dos» está muy probablemente causada por unos horarios de siesta inadecuados. Hay un gran número de niños pequeños que cambian de dos siestas al día a una sola, o que abandonan las siestas por completo, muchos meses antes de que estén biológicamente preparados. Esto puede tener un efecto devastador en su estado de ánimo y en su comportamiento: los temidos «Terribles Dos».
Para aquellos padres cuyos hijos sufren los «Tres Tristes» o los «Temibles Cuatro», es probable que su hijo se esté portando mal por la misma razón: un horario de siesta inadecuado puede ser el culpable.
La buena noticia es que una modificación de la rutina de siesta de su hijo puede suponer una maravillosa y drástica diferencia en su día… y en el suyo.
De La solución de la siesta sin llanto: Guaranteed Gentle Ways to Solve All Your Naptime Problems de Elizabeth Pantley (McGraw-Hill, enero de 2009). Encuentra más información y extractos aquí.
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