Banco de los Estados Unidos

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Fachada del Primer Banco de los Estados Unidos

El Banco de los Estados Unidos se estableció en Filadelfia, Pensilvania, en 1791. Su objetivo era dotar a los Estados Unidos de un sistema monetario estable. Los gobiernos anteriores, incluido el de los Artículos de la Confederación, habían impreso cantidades exorbitantes de papel moneda. Este dinero debía estar respaldado por el oro. Si una persona tenía un billete de diez dólares, se suponía que podía llevar ese billete al gobierno federal y recibir diez dólares en oro. Debido al gran número de billetes en circulación, se produjo una gran inflación, y el papel moneda emitido por el gobierno estadounidense quedó prácticamente sin valor. Los miembros del Partido Federalista animaron al presidente George Washington a establecer un banco nacional que controlara la cantidad de dinero que emitía el gobierno. Una moneda estable permitiría hacer negocios y ayudaría al crecimiento del nuevo país. Washington estuvo de acuerdo, aunque los miembros del Partido Demócrata-Republicano argumentaron que el gobierno federal no tenía el poder, según la Constitución, de crear dicho banco.

El Banco de los Estados Unidos estuvo en funcionamiento hasta 1811. Para entonces, había logrado crear una moneda estable. Sin embargo, por desgracia para el Banco Nacional, los demócratas-republicanos, incluido el presidente James Madison, se negaron a permitir que el Banco Nacional siguiera abierto. Tras la Guerra de 1812, Madison se dio cuenta de que la nación necesitaba un banco nacional. Éste proporcionaba una moneda sólida que permitía la realización de transacciones comerciales. También podía proporcionar préstamos para ayudar al desarrollo económico de los Estados Unidos. Sin embargo, el Segundo Banco de los Estados Unidos no pudo evitar las caídas de la economía. Sus acciones provocaron en parte el Pánico de 1819, así como la Crisis Bancaria de 1819. Entre los estadounidenses blancos se desarrolló una profunda desconfianza hacia los bancos. Andrew Jackson utilizó este odio para ayudarle a construir una coalición que le eligió Presidente de los Estados Unidos en 1828. Como presidente, Jackson destruyó el Segundo Banco de los Estados Unidos.

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