Cómo dejar de ser perezoso: 12 consejos para superar la procrastinación

cómo dejar de ser perezoso

¿Te preguntas cómo dejar de ser perezoso? La gente ha estado luchando con esto durante miles de años. Yo puedo curarte para siempre.

El problema de la pereza es sencillo: no consigues hacer las cosas. Todo tarda demasiado, las tareas se acumulan.

Se pierden oportunidades.

Se estresa.

Se siente desesperado.

Se hace aún menos.

Esto, querido amigo, es un ciclo horrible que lleva al fracaso.

Hay que romperlo.

Te voy a enseñar cómo.

Tabla de contenidos

¿Qué es la pereza (y qué no lo es)?

La pereza es elegir habitualmente evitar las tareas y el esfuerzo. Es dejar de hacer las cosas que tienes que completar, sin una buena razón.

La pereza abarca una serie de cuestiones. La falta de motivación, de disciplina, de confianza, de energía o de dirección puede provocar pereza.

Empieza por aplazar las cosas, por no cumplir los objetivos. Hacerlo una o dos veces no es un gran problema. De repente, la procrastinación ocasional se ha convertido en un hábito. Te has vuelto perezoso.

La pereza debe prevenirse y detenerse si quieres alcanzar tus objetivos. En primer lugar, hay que entender cuál es la causa de la conducta improductiva.

La depresión no es pereza

La depresión no es pereza. Tampoco lo es la ansiedad o los trastornos del sueño. Las condiciones médicas afectan al comportamiento, pero no deben tratarse igual que la pereza.

Los problemas de salud hacen que sea difícil hacer las cosas. Maldecirse y llamarlo pereza no ayudará. Estos necesitan ser diagnosticados y tratados por profesionales.

No puedes programar tu camino hacia la depresión. Pero una buena planificación y una vida sana sí pueden ayudar. La procrastinación genera ansiedad, lo que nunca es bueno. Veamos qué causa la pereza y cómo detenerla.

¿Qué causa la pereza?

Tienes que entender qué es lo que te hace evitar el trabajo. Es diferente para todos.

Aparte de las condiciones médicas, pongo las causas de la pereza en un par de categorías separadas: Físicas y Psicológicas.

Causas físicas de la pereza

La mala salud y la baja energía dan lugar a la pereza. Es mucho más difícil iniciar tareas y mantener el esfuerzo cuando estás cansado y fatigado.

Simplemente, si tratas mal a tu cuerpo, no rendirá bien. Esto incluye a tu cerebro.

Los principales problemas son:

  • Mala nutrición
  • Falta de ejercicio
  • Mal dormir/descansar
  • Falta de mindfulness
  • Te daré algunas estrategias clave para tratar todo esto. Mira tu salud como un todo. Cada elemento es importante, especialmente si necesitas superar los hábitos improductivos.

    Causas psicológicas de la pereza

    Tratemos el elefante de la habitación: La procrastinación.

    La procrastinación es otro término para evitar las tareas. Aplazar las cosas, a pesar de tener tiempo para hacerlas. ¿Te suena?

    La evitación se convierte fácilmente en una espiral de comportamientos negativos constantes. Esto se convierte rápidamente en un hábito. Un hábito de pereza.

    Ya sea que pretendas trabajar, o que estés sentado todo el día, las oportunidades se te escapan.

    Las razones más comunes para la procrastinación son:

    • El perfeccionismo
    • Una desconexión entre el trabajo y los resultados
    • La duda sobre uno mismo
    • La falta de dirección o punto de partida
    • El trabajo que has hecho no es perfecto, o ni siquiera sabes por dónde empezar. Dudas de ti mismo, de tu plan y no ves la relación entre las tareas de hoy y tu vida ideal.

      El problema de esto es que luego no haces nada. Ni siquiera lo intentas. Eliges la inactividad en lugar de un intento.

      Las estrategias que superan esto facilitan la puesta en marcha y el impulso.

      Convertir los comportamientos positivos en un hábito es la clave para curar la pereza.

      ¿Esperas hasta el último minuto? La ley de Parkinson explica por qué.

      El ser humano tiende a conservar la energía. Durante miles de años, nos beneficiaba ahorrar calorías en caso de amenaza. Desgraciadamente, esa ya no es una buena razón para ver Youtube toda la noche.

      Las tareas con plazos de entrega tienden a durar lo que el plazo permite. Es la ley de Parkinson.

      Posponer las cosas hasta el último momento está en nuestra naturaleza. Date una semana para responder un correo electrónico y verás cómo te quita horas y horas de tu tiempo.

      Aunque la solución obvia es crear plazos más cortos, hay otra lección aquí. Comprende que está en tu ADN posponer las cosas y esperar hasta el último minuto. No es tu culpa, y se puede superar.

      12 Consejos para dejar de ser perezoso

      Consejos para dejar de ser perezoso

      Una tarde en el sofá no te llevará al fracaso. No hacer nada todos los días sí lo hará. Se trata de tomar mejores decisiones más a menudo – y conseguir hacer el trabajo.

      La idea es construir hábitos positivos con el tiempo hasta que conseguir hacer las cosas sea fácil.

      Mira toda tu vida, y aplica todos los que puedas. Dobla los que mejor te funcionen. Sigue adelante hasta que estén todos en acción.

      Cómo dejar de ser perezoso: 5 consejos de organización

      Los primeros consejos se refieren a tu organización y enfoque para completar las tareas.

      1 Establece objetivos y míralos

      Este es un gran punto de partida. Si vas a dejar de ser perezoso, tienes que definir las cosas que hay que hacer.

      Decide qué quieres conseguir en los próximos 6 meses. Esboza objetivos específicos, medibles y procesables. Averigua las tareas en las que puedes trabajar hoy para acercarte a la consecución de los objetivos.

      Escribe estos objetivos. Guárdalos al lado de tu cama o en tu escritorio. Necesitas verlos a menudo. Necesitas saber por qué las tareas son importantes – lo que te impulsan.

      Con el tiempo, interiorizarás tus objetivos. El vínculo entre la finalización de las tareas y la consecución de tus objetivos estará claro. Te resultará más fácil motivarte y ser productivo.

      #2 Recompensa tu progreso

      Elegir evitar el trabajo y hacer algo divertido es fácil. Obtienes una recompensa por ello: una gratificación a corto plazo.

      Es importante asociar el trabajo y el esfuerzo con sentirse bien también. Dale a cada tarea una recompensa, empezando por pequeños pasos.

      Cuando termines la primera tarea de tu lista de cada día, tómate un descanso y haz algo divertido. Elige algo que no te distraiga para volver al trabajo más tarde. A mí me gusta hacer una pausa para tomar un café al aire libre durante 10 minutos.

      A medida que vayas mejorando y terminando tareas, amplía la cantidad de trabajo necesaria para obtener la recompensa. Nunca rompa la conexión entre hacer las cosas y la recompensa.

      Mantenga sus recompensas positivas y saludables. El chocolate puede ser el motivador más poderoso conocido por el hombre, pero crear un choque de azúcar para el futuro podría no ayudar a largo plazo. A mí me gusta utilizar paseos o descansos para leer.

      #3 Utiliza temporizadores de intervalos

      Si vas a utilizar recompensas para romper el trabajo, es bueno programar esto. La programación por intervalos implica trabajar durante trozos de tiempo establecidos, con descansos fijos entre ellos.

      El reloj funciona como motivación, llevándote al siguiente descanso. También te entrena para seguir un horario. Ser productivo cuando el reloj lo indica es un hábito poderoso que hay que dominar.

      Una duración común de los intervalos es trabajar durante 30 minutos y tener un descanso de 5 minutos. Yo añado descansos más largos para las comidas, el ejercicio y para recompensar los días de éxito.

      Los intervalos de trabajo más cortos y los descansos más largos son más fáciles de mantener y crean un impulso. A medida que mejoras, puedes aumentar la cantidad de tiempo de trabajo y acortar los descansos.

      Pongo un temporizador para la duración de mis intervalos y pongo el teléfono boca abajo. No salgo de la aplicación del temporizador por ningún motivo hasta que se acabe el tiempo. Esto trata la reticencia a empezar, y el perfeccionismo.

      No te estás comprometiendo a trabajar durante todo un día. Sólo estás siendo productivo durante unos minutos, lo cual es fácil.

      #4 Establece pasos pequeños y sencillos para empezar

      Tratar de ser perfecto, o incluso sólo pensar en grandes tareas provoca procrastinación.

      Establezca objetivos muy pequeños. Al principio, el simple hecho de hacer algo es una gran mejora respecto a evitarlo todo. Escribir una frase es mejor que nada. Lavar un plato es mejor que nada.

      Descubrirás que dar el primer paso suele ser suficiente para poner las cosas en marcha. Superar el obstáculo de empezar es el paso más grande.

      Conseguir un objetivo, por pequeño que sea, sienta bien. Es satisfactorio. Te hace querer más. Si divides las tareas en tu lista de pendientes, cada paso es más fácil. Consigues tacharlos más a menudo.

      A medida que avanzas, da pasos más grandes. Te entrenarás para conseguir hacer más cosas en cada sesión.

      #5 Haz un seguimiento de los hábitos positivos y crea rachas

      A los humanos nos gustan las señales visuales. También nos gusta mantener rachas. Usa esto a tu favor.

      Jerry Seinfeld tiene una gran técnica. Establece una tarea pequeña y alcanzable, y marca cada día en un calendario que se ha completado.

      En su caso, era escribir un chiste. Hacer esto te permite ver que la racha aumenta, y te hace querer mantenerla viva.

      Sentarse a terminar una tarea fácil suele ser suficiente para superar la reticencia a empezar. Lograrás mucho más de lo que te propones. A medida que los días y las semanas se acumulan, perder un día parecerá impensable.

      No tiene que ser literalmente un calendario que marque con una gran ‘X’ roja. Lleva un recuento de los días de éxito en tu escritorio, o utiliza una aplicación de seguimiento de hábitos (establece recordatorios al principio). Encuentra un estilo que se adapte a ti y úsalo.

      La cuestión es controlar el hábito y reforzar el hecho de completar las tareas.

      Cómo dejar de ser perezoso: 4 consejos de salud

      hacer ejercicio para dejar de ser perezoso

      Bien, ya tenemos algunos sistemas para hacer frente a la procrastinación. Ahora tenemos que ver cómo preparar el cuerpo y la mente para empezar y seguir con ello.

      La mejor manera de mantener la productividad a largo plazo es crear hábitos saludables. Tu mente funciona mejor cuando la cuidas y la alimentas bien. Los siguientes cuatro consejos hacen precisamente eso.

      #6 Haz ejercicio durante unos minutos

      Los cuerpos activos tienen más energía. El ejercicio libera endorfinas, que te hacen sentir enérgico y productivo. Esto es genial para vencer la pereza.

      También noto que hacer un ejercicio me hace más propenso a terminar las tareas del trabajo. Aprovecho el impulso de marcar una casilla y mantengo el ritmo todo el día. Esto es genial para superar la pereza y evitar que vuelva a aparecer.

      Si no haces nada de ejercicio, empieza poco a poco. Haz 5 minutos de ejercicio cada día, si es lo que hace falta para empezar.

      Haz flexiones en el salón de tu casa. Da un paseo al aire libre. La cuestión es estar activo y romper los ciclos de pereza.

      Aumenta la duración y la intensidad con el tiempo, centrándose en la consistencia.

      #7 Come más proteínas y menos azúcar

      El azúcar es terrible para la concentración. Provoca picos y horribles bajadas de energía y estado de ánimo. Esto no es bueno para hacer el trabajo.

      Los alimentos con alto contenido en proteínas son excelentes para mantener largas sesiones de trabajo. Esto incluye huevos, pescado, almendras, pollo, avena, frijoles y lentejas. Coma más de estos alimentos y menos azúcar. Evita los dulces, los helados y los refrescos (lo siento, pero es importante).

      Definitivamente, no deberías utilizar el azúcar como combustible para el trabajo. Ese es un ciclo que no puedes mantener. Pagarás un enorme coste energético al final y un colocón momentáneo no merece la pena. Por no hablar de los problemas de sueño, a los que llegaremos más adelante.

      #8 Practica la atención plena

      Ser productivo requiere una mente clara y eficaz. Puedes ayudar a tu cerebro practicando mindfulness. No te pido que encuentres un templo y seas uno con el universo, pero deberías dedicar un tiempo cada día a despejar tu mente.

      Usa una app (como Headspace) o una web y prueba la meditación guiada. Me gusta la instrucción que se centra en la liberación de la tensión en todas las áreas del cuerpo. Esto es realmente genial para procesar el estrés y el ajetreo de un día, mientras te preparas para el siguiente.

      La atención plena es difícil. Realmente difícil. Inténtalo y sigue con ello. Siempre requiere práctica.

      Los beneficios son realmente enormes cuando lo dominas.

      Un consejo extra: practica por la noche. El sueño reparador será más fácil si te relajas, lo que aumenta los beneficios.

      #9 Programa «Pantallas apagadas» cada noche

      Todos hemos oído esto antes. Y es que es importante. Ser productivo es mucho más fácil si duermes bien. Tu cerebro necesita el descanso.

      El consejo aquí es establecer una hora para apagar tus pantallas. La mía es a las 9 de la noche. Utiliza un recordatorio recurrente para dejar de mirar los dispositivos una hora antes de irte a la cama.

      Deja de hacer scroll sin sentido, de pensar en el trabajo y de ponerte ansioso por las noticias.

      Esto funciona a varios niveles. Disminuir la exposición a la luz y a la información te permite relajarte. Este es el momento en el que tu cerebro necesita liberar melatonina (la hormona del sueño).

      También comienzo una rutina nocturna una vez que las pantallas se apagan. Me tomo un té, escucho música relajante, me preparo para el día siguiente y me dispongo a dormir. Como he mencionado anteriormente, este es un buen momento para meditar.

      Cumplir con la misma rutina bloquea un ciclo de sueño. Construye un hábito saludable.

      Dormir bien, obviamente, va a hacer que sea más fácil saltar de la cama y afrontar el día de mañana. Con un poco de disciplina, verás una rápida mejora.

      Cómo dejar de ser perezoso: 3 sencillos trucos

      Algunas de las estrategias que he dado requieren cambios bastante grandes en la vida diaria. También he encontrado unas cuantas cosas que puedes usar hoy mismo, para superar la pereza inmediatamente.

      #10 Vístete bien para romper con los malos hábitos y trabajar mejor

      Este es un truco psicológico. Vístete para impresionar, como si fueras en serio. Ponerte ropa bonita te hará sentirte seguro de ti mismo, y con poder. Te convence de que eres inteligente y serás productivo.

      Este cambio de mentalidad no va a resolver todos tus problemas. Establecerá una mentalidad de estar preparado y serio. Puedes romper el ciclo con la suficiente frecuencia para establecer buenos hábitos.

      #11 Cambia tu entorno

      Una gran manera de romper los hábitos negativos es cambiar las cosas que puedes controlar. El cambio es tan bueno como unas vacaciones, ¿verdad?

      Salga de su casa u oficina y encuentre un nuevo lugar para trabajar.

      A nuestros cerebros les gustan los nuevos estímulos. Respondemos bien a una perspectiva fresca. Puedes usar esto para crear comportamientos nuevos y positivos. A mí me gusta trabajar en cafeterías, así que si tengo problemas para hacer las cosas, hago una maleta y me paso el día yendo de cafetería en cafetería.

      Esto me permite dejar atrás toda la ansiedad y las distracciones que acumulo en mi oficina. Siempre consigo hacer muchas cosas y disfruto del cambio.

      Otra opción es cambiar los muebles de sitio. Refresca tu espacio, considera que es una preparación para hacer las cosas y ponte manos a la obra.

      #12 Haz un juego

      La gente odia perder. Les gusta ganar.

      Encuentra a alguien que también tenga cosas que hacer. Cree un juego o competencia a partir de completar tareas.

      Trate de mantenerlo amigable. Céntrese en métricas positivas como completar tareas, no en quién ha hecho algo mejor.

      Utilice pequeñas apuestas si las hay y recuerde el objetivo del juego: derrotar su propia evasión de tareas. Programe un tiempo de puesta al día o de comprobación después de una o dos semanas, y compare las notas. Compartid vuestras estrategias y resultados. Animaos mutuamente a seguir mejorando.

      Se beneficiarán de su espíritu competitivo. Esto también te hace responsable de tus propias tareas.

      La pereza sólo se puede frenar a través de tu acción, y ayuda que te lo recuerden.

      La clave para vencer la pereza: La constancia

      Ya lo he dicho unas cuantas veces, pero no puedo dejar de ser muy claro.

      Dejarás de ser perezoso a través de conductas positivas consistentes. Necesitas buenos hábitos.

      Al final, será fácil. Serás habitualmente productivo. Pero los hábitos deben ser construidos. Tu cuerpo y tus sistemas de trabajo deben ser mantenidos.

      Empieza poco a poco, y trabaja más. Descansa y come bien. Aplica las estrategias y no te compliques.

      Así de sencillo.

      Buena suerte, amigo.

      Notas de campo

      ¿Cómo dejar de ser perezoso? Crea hábitos positivos y productivos. Trata bien a tu cuerpo y da pequeños pasos en la dirección correcta.

  1. Fija objetivos y míralos a menudo. Esto te motiva y crea un vínculo entre el trabajo de hoy y la vida ideal por la que estás trabajando.
  2. Recompensa tus progresos. Asegúrese de que terminar las tareas sea divertido y satisfactorio. Utilice descansos y actividades que disfrute.
  3. Utilice temporizadores de intervalos. Comience con pequeños bloques de trabajo y descansos largos. Construya la disciplina con el tiempo y evite las distracciones durante el tiempo de trabajo.
  4. Establezca pasos pequeños y fáciles para empezar. Evite y supere la procrastinación estableciendo objetivos muy manejables para el día. Hacer cualquier cosa es mejor que no hacer nada.
  5. Haga un seguimiento de los hábitos positivos y cree rachas. Elige una tarea fácil e importante para hacer cada día. Marca en el calendario cada día que completes la tarea. Mantén la racha y verás que tu productividad mejora mucho.
  6. Haz ejercicio durante unos minutos. Incluso un poco de ejercicio cada día mejora tu energía y tu claridad mental. Haz cualquier actividad que te guste, y empieza con algo pequeño. Aumente con el tiempo.
  7. Come más proteínas y menos azúcar. Los alimentos ricos en proteínas son excelentes para la concentración y la energía sostenida. El azúcar es terrible y debe evitarse.
  8. Practica la atención plena. Acostúmbrese a despejar su mente y a relajarse. Utiliza grabaciones de meditación guiada al principio.
  9. Programa «pantallas apagadas» cada noche. Elige una hora y apaga todas tus pantallas cuando llegue. Establece una rutina nocturna para mejorar los ciclos de sueño y conseguir el descanso que necesitas.
  10. Vístete bien. Una ropa bonita te hará sentirte seguro de ti mismo. Esto puede ser suficiente para romper los malos hábitos y darte la oportunidad de crear otros mejores.
  11. Cambia tu entorno. Sal de casa o de la oficina para trabajar en un lugar nuevo. Nuestro cerebro se beneficia del cambio.
  12. Haz un juego. Busca a un amigo que tenga trabajo que hacer y crea una competición de hacer las cosas. El hecho de no querer perder os ayudará a ambos a hacer las cosas.

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