El ahogamiento es la tercera causa de muerte accidental en todo el mundo. Por eso, aprender a nadar es fundamental para mantenernos a salvo a nosotros y a nuestros hijos.
Y entendemos que puede parecer aterrador llevar a tu bebé a nadar desde que nace. Pero realmente es el mejor momento para empezar. Puede que pienses, ¿cómo es que mi pequeño es capaz de sumergirse en el agua y no inhalar nada de agua? Qué ocurre en realidad?
Todos sabemos que el ahogamiento se produce cuando el agua entra en los pulmones, deteniendo el suministro de oxígeno.
Pero tu pequeño nace con un reflejo llamado «reflejo laríngeo», o «reflejo nauseoso». Este reflejo se pone en marcha cuando el bebé siente el agua en su cara, nariz o garganta. Cuando tu bebé se sumerge en el agua, el tejido blando de la parte posterior de su garganta (llamado laringe) se cierra para bloquear la entrada de las vías respiratorias.
Y alcanza su máximo nivel en sus primeros 6 meses. Pero esto no significa que los bebés puedan sumergirse repentinamente sin previo aviso. Por eso, desde el principio, utilizamos la señal «Nombre, ¿estás listo? Go» para crear la asociación entre esta frase y el hecho de sumergirse, de modo que tu pequeño siempre tenga el control. Nunca nadamos con tu bebé a menos que estemos absolutamente seguros de que está dispuesto a sumergirse. Si tiene hipo, está durmiendo, llora o parece resistirse en general, se quedará en la superficie.
Utilizar los reflejos naturales de tu pequeño desde una edad temprana y prepararlo para sumergirse en el agua a través de la asociación de palabras significa que se convierte rápidamente en una respuesta aprendida.
¿Pero por qué a veces tosen o balbucean después de su primer baño bajo el agua?
No te preocupes, esto es absolutamente normal. Significa que los reflejos naturales de tu bebé están trabajando para eliminar el líquido de la parte posterior de su garganta y evitar que el agua entre en sus pulmones. A veces, el espasmo involuntario se prolonga un poco más.
Mantener a tu bebé a salvo
Las razones más comunes para ahogarse son no saber nadar y tener pánico en el agua. Pero la buena noticia es que entre todos podemos evitar que ocurran cosas horribles como esta. Enseñar a tu pequeño a nadar desde que nace es una de las mejores cosas que puedes hacer. Empezar a nadar pronto significa que se sentirá seguro en el agua, así que si alguna vez se cae, será capaz de mantenerse a salvo y no entrar en pánico.
Después de los primeros 6 meses, el reflejo nauseoso empieza a desaparecer, así que le enseñamos a tu bebé todo sobre el control de la respiración. A medida que avanzan nuestras lecciones, te sorprenderá lo bien que responde tu pequeño a las señales verbales y no verbales. Al final, aprenderá a espirar mientras está bajo el agua, lo que creemos que le da un verdadero poder y una sensación de control total. También es una gran base para la «respiración acuática», que es esencial a medida que se convierten en pequeños nadadores independientes.