Centauro (mitología griega)

Después de que Ixión, rey de los lapitas, cayera en la locura y fuera condenado al ostracismo por su pueblo, Zeus se compadeció mucho de Ixión y lo llevó al Olimpo a cenar con los dioses. Allí Ixión vio a Hera, la esposa de Zeus y reina de los dioses, de la que se enamoró al instante y comenzó a desearla sexualmente. Zeus, que sospechaba de Ixión, le tendió una trampa creando una figura de nube (Néfele) a semejanza de Hera y colocándola junto a Ixión mientras éste dormía en un campo. Cuando Ixión despertó, comenzó a hacer el amor con el doble de Hera, lo que enfureció tanto a Zeus que expulsó a Ixión del Olimpo, lo golpeó con un rayo y condenó a Ixión a estar eternamente atado a una rueda ardiente voladora que daría vueltas por los cielos sin parar (aunque más tarde fue trasladada al Tártaro).

El hijo de Néfele de esta unión fue Centauro, un niño deforme que se encorvaba y no encontraba la paz entre los demás humanos, por lo que se trasladó a la montaña de Pelión. Allí vagó, vivió y se apareó con las yeguas de Magnesia que residían allí. Esto dio lugar al nacimiento de la raza de los centauros.

ConstelaciónEditar

Una ilustración de la constelación de Centauro

Centauro fue la primera persona que agrupó las estrellas en constelaciones y enseñó a otros a leerlas. Una explicación de la constelación es que Centauro puso una imagen de sí mismo en el cielo para guiar a sus amigos marineros los argonautas.

El significado más popular de la constelación es que representa la forma de Quirón. Quirón era el rey de los centauros y, a diferencia de su raza, era inteligente y sabio. Tan sabio, de hecho, que fue tutor de Heracles, quien se convirtió en uno de sus grandes amigos. El mito cuenta que Heracles estaba de visita en casa de su querido amigo Folo. Folo era un centauro y estaba cenando con Heracles. Una vez terminada la cena, Heracles decidió que tenía sed y se encargó de conseguir un poco de vino. El vino que tomó, sin embargo, era el vino sagrado de los centauros. Estaba destinado a ser bebido sólo por los centauros y sólo en ocasiones especiales. Folo vio esto y no pudo reunir el valor para decirle a su fuerte amigo que no le estaba permitido beber ese vino. El olor sagrado no tardó en llegar a los demás centauros. Los centauros enfurecidos tomaron las armas y cargaron contra la casa de Pholus. El cobarde Folo huyó casi inmediatamente y dejó a Heracles a su suerte. Heracles mató a varios de los centauros y pronto hubo suficientes muertos como para que el resto tuviera miedo e intentara huir. Al disparar a las bestias que huían, la flecha envenenada de Heracles rozó la rodilla de Quirón. Quirón no participaba en la lucha, pero salió para intentar detenerla. El inmortal Quirón no podía morir a causa de su herida y, por lo tanto, estaría condenado a vivir con un gran dolor para siempre. Clamó a Zeus para que le diera alivio y acabara con su vida. Zeus se apiadó del centauro y lo dejó morir. Para honrarlo, Zeus le dio a Quirón un lugar entre las estrellas.

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