Con gusto te pagaré el martes por una hamburguesa hoy

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J. Wellington Wimpy

Por John Lui – Agosto 2014

E. C. Segar, el dibujante de la época de la Gran Depresión, que creó a Popeye, también nos dio a Wimpy. Estoy seguro de que muchos funcionarios de préstamos bancarios durante esos días no prestarían dinero a Wimpy ya que sabían que no les devolvería el martes. La mayoría de los prestamistas bancarios de aquella época, probablemente consideraban que la mayoría de los solicitantes de préstamos tampoco les iban a devolver el dinero. Además, los que tenían dinero y no necesitaban préstamos, no invertían por falta de confianza. Junto con las malas políticas fiscales y monetarias, esto condujo a un período prolongado de crecimiento económico miserable.

Avance hasta la Gran Recesión actual y la historia se repite. Una diferencia importante es la de la política monetaria, que ha sido muy acomodaticia con políticas de tipos de interés cero (ZIRP) y flexibilización cuantitativa (QE). A pesar de las cantidades masivas de liquidez (dinero) que la Reserva Federal de EEUU ha puesto en las arcas de los bancos (comprándoles títulos), gran parte no ha ido a parar a la concesión de préstamos debido al Síndrome de Wimpy (no vamos a cobrar el martes).

Así que los bancos de todo el mundo han estado depositando de nuevo en sus respectivos Bancos Centrales, casi todo el dinero del QE. En Estados Unidos, los bancos de aquí prefieren ganar un 0,25%, antes que hacer préstamos (los préstamos para automóviles han sido la rara excepción). Para combatir el síndrome de Wimpy, Mario Draghi (presidente del Banco Central Europeo) anunció recientemente una política de tipos de interés negativos (NIRP), en la que se cobrará a los bancos un 0,10% por mantener sus depósitos en el BCE. La NIRP es otro intento de motivar a los bancos a prestar. ¿Funcionará? Que funcione o no no es la cuestión, ya que estas políticas monetarias creativas han estabilizado las crisis financieras. ¿Cómo podemos saberlo? Draghi no puede hacer fácilmente un QE ya que la Eurozona no es una entidad soberana monolítica, como lo es Estados Unidos (qué deuda pública compraría ya que los europeos tienen todos la suya). Sin embargo, su anuncio de intenciones para un QE ha estabilizado la crisis del euro.

El tiempo puede ser nuestro mayor aliado ya que los banqueros con aversión al riesgo se han vuelto menos cautelosos con el síndrome de Wimpy. Han vuelto a conceder préstamos para automóviles y, a partir de los recientes informes de resultados del segundo trimestre, el crecimiento de los préstamos ha comenzado a acelerarse, como puede verse en la tabla siguiente.

Si los espíritus animales están volviendo después de un largo tiempo al margen, esto puede marcar el punto de inflexión para esta recuperación tan estancada.

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