Patofisiología de VÍO
Control de la síntesis y la secreción de la hormona tiroidea
El principal estimulador de la síntesis de la hormona tiroidea es la hormona estimulante de la tiroides procedente de la hipófisis anterior. La unión de la TSH a los receptores de las células epiteliales tiroideas parece potenciar todos los procesos necesarios para la síntesis de las hormonas tiroideas, incluyendo la síntesis del transportador de yoduro, la peroxidasa tiroidea y la tiroglobulina.
La magnitud de la señal de la TSH también establece la tasa de endocitosis del coloide – las concentraciones altas de TSH conducen a tasas más rápidas de endocitosis, y por lo tanto, a la liberación de la hormona tiroidea en la circulación. Por el contrario, cuando los niveles de TSH son bajos, las tasas de síntesis y liberación de la hormona tiroidea disminuyen.
La glándula tiroidea forma parte del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, y el control de la secreción de la hormona tiroidea se ejerce mediante una retroalimentación negativa clásica, como se representa en el diagrama. La hormona liberadora de tiroides (TRH) del hipotálamo estimula la TSH de la hipófisis, que estimula la liberación de la hormona tiroidea. A medida que aumentan las concentraciones de hormonas tiroideas en la sangre, éstas inhiben tanto la TSH como la TRH, lo que provoca el «cierre» de las células epiteliales tiroideas. Más tarde, cuando los niveles de hormona tiroidea en sangre han decaído, la señal de retroalimentación negativa se desvanece y el sistema se despierta de nuevo.
Se ha demostrado que otros factores influyen en la secreción de la hormona tiroidea. En los roedores y los niños pequeños, la exposición a un ambiente frío desencadena la secreción de TRH, lo que conduce a una mayor liberación de la hormona tiroidea. Esto tiene sentido si se tiene en cuenta la conocida capacidad de las hormonas tiroideas para desencadenar la producción de calor corporal.