De improviso: ¿Cómo ayuda un MPH a un médico?

CDavisHSPH070615
Cortesía de Carmon Davis

CARMON DAVIS, MPH ’94
Pediatra, BOSTON CHILDREN’S HOSPITAL

Q: ¿Cómo ha influido su título de MPH en su trabajo diario como médico? Y el estudio de las grandes fuerzas sociales, políticas y económicas que hay detrás de la salud individual, ¿le hizo ser más o menos optimista en su papel de médico clínico?

A: Cuando estaba en la Escuela, mi práctica consistió en evaluar los problemas de los embarazos adolescentes en el centro de salud del Cambridge Rindge and Latin High School. Querían ampliar sus servicios de salud reproductiva y distribuir una variedad de anticonceptivos, lo que era muy controvertido desde la perspectiva de la escuela, la ciudad y los padres. La práctica consistía en abogar por el centro de salud. Utilizando las herramientas que aprendimos en la Escuela, yo y otros dos médicos expusimos el argumento de que la ampliación de los servicios de salud reproductiva sería beneficiosa para la salud física, la salud mental y el potencial económico de los estudiantes. Los servicios ampliados se convirtieron en una política.

Más tarde, trabajé en una consulta de un centro urbano en el Hospital Infantil de Boston. En la Escuela aprendí cómo la pobreza influye en la salud de los niños, no sólo por el riesgo de desnutrición, sino por la falta de lugares seguros para que los niños hagan ejercicio, las tasas de obesidad y la violencia en el hogar. Hoy en día, intento pasar más tiempo con mis pacientes hablando de otros temas además de sus necesidades médicas: cómo les afecta su entorno, cómo les va en la escuela. Comprendo mejor qué otros factores hay en la vida de mis pacientes y sus familias. A veces, cuando los médicos se preocupan de que un paciente sea «incumplidor», puede que no entiendan todas las fuerzas que están afectando a esa familia.

Mi trayectoria de MPH también incluía la comunicación sanitaria. Eso es algo que todos los médicos quieren hacer mejor. Aprendí a elaborar anuncios de servicio público y lo he utilizado en mi práctica para tratar de explicar -a un paciente a la vez- cuestiones médicas como el asma, las vacunas necesarias y el riesgo de violencia. Aprendí a hablar a los pacientes de una manera que pudieran entender.

La Escuela me dio herramientas como la epidemiología y la bioestadística. Aprendí a revisar críticamente la literatura. Aprecié los cursos sobre política sanitaria y gestión de catástrofes.

Como médico, siempre tengo esperanzas. El MPH me ha hecho tener más esperanzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *