Resultados del aprendizaje
- Describir los principales conceptos de la teoría humanista (consideración positiva incondicional, la buena vida), tal y como la desarrolló Carl Rogers
- Explicar la jerarquía de necesidades de Maslow
La perspectiva humanista: Un enfoque en las cualidades exclusivamente humanas
La perspectiva humanista cobró importancia a mediados del siglo XX en respuesta a la teoría psicoanalítica y al conductismo; esta perspectiva se centra en cómo se desarrollan las personas sanas y hace hincapié en el impulso inherente del individuo hacia la autorrealización y la creatividad. El humanismo hace hincapié en el potencial humano y en la capacidad de cambio del individuo, y rechaza la idea del determinismo biológico. El trabajo y la investigación humanista son a veces criticados por ser cualitativos (no basados en la medición), pero existen varias corrientes de investigación cuantitativa dentro de la psicología humanista, incluyendo la investigación sobre la felicidad, el autoconcepto, la meditación y los resultados de la psicoterapia humanista (Friedman, 2008).
Carl Rogers y el humanismo
Un teórico humanista pionero fue Carl Rogers. Fue un influyente psicólogo humanista que desarrolló una teoría de la personalidad que enfatizaba la importancia de la tendencia a la autorrealización en la formación de las personalidades humanas. También creía que los seres humanos reaccionan constantemente a los estímulos con su realidad subjetiva (campo fenoménico), que cambia continuamente. Con el tiempo, una persona desarrolla un autoconcepto basado en la retroalimentación de este campo de realidad.
Figura 1. El campo fenoménico se refiere a la realidad subjetiva de una persona, que incluye objetos y personas externas, así como pensamientos y emociones internas. Tanto las motivaciones como el entorno de la persona actúan sobre su campo fenoménico.
Una de las principales ideas de Rogers sobre la personalidad se refiere al autoconcepto, nuestros pensamientos y sentimientos sobre nosotros mismos. Cómo responderías a la pregunta: «¿Quién soy yo?». Su respuesta puede mostrar cómo se ve a sí mismo. Si tu respuesta es principalmente positiva, entonces tiendes a sentirte bien sobre quién eres, y probablemente ves el mundo como un lugar seguro y positivo. Si su respuesta es principalmente negativa, entonces puede sentirse infeliz con lo que es. Rogers dividió el yo en dos categorías: el yo ideal y el yo real. El yo ideal es la persona que le gustaría ser; el yo real es la persona que realmente es. Rogers se centró en la idea de que necesitamos lograr la coherencia entre estos dos yoes.
Vista positiva incondicional
Los seres humanos desarrollan un yo ideal y un yo real, basados en el estado condicional de la mirada positiva. El grado de coincidencia entre el yo real y el yo ideal se denomina congruencia. Experimentamos congruencia cuando nuestros pensamientos sobre nuestro yo real y nuestro yo ideal son muy similares, es decir, cuando nuestro autoconcepto es preciso. Una alta congruencia conduce a un mayor sentimiento de autoestima y a una vida sana y productiva. Por el contrario, cuando hay una gran discrepancia entre nuestro yo ideal y el real, experimentamos un estado que Rogers denominó incongruencia, que puede conducir a la inadaptación.
Según Rogers, los padres pueden ayudar a sus hijos a alcanzar su yo ideal dándoles una consideración positiva incondicional, o amor incondicional. En el desarrollo del autoconcepto, la consideración positiva es clave. La consideración positiva incondicional es un entorno libre de nociones preconcebidas de valor. La consideración positiva condicional está llena de condiciones de valor que deben alcanzarse para ser consideradas exitosas. Rogers (1980) lo explicó de esta manera: «A medida que las personas son aceptadas y valoradas, tienden a desarrollar una actitud más cuidadosa hacia sí mismas» (p. 116).
La Buena Vida
Rogers describió la vida en términos de principios más que de etapas de desarrollo. Estos principios existen en procesos fluidos más que en estados estáticos. Afirmaba que una persona que funcionara plenamente se propondría continuamente realizar su potencial en cada uno de estos procesos, logrando lo que él llamaba «la buena vida.» Estas personas permitirían que la personalidad y el autoconcepto emanaran de la experiencia. Descubrió que los individuos plenamente funcionales tenían varios rasgos o tendencias en común:
- Una creciente apertura a la experiencia -se alejan de la actitud defensiva.
- Un estilo de vida cada vez más existencial -vivir cada momento plenamente, en lugar de distorsionar el momento para ajustarlo a la personalidad o al autoconcepto.
- Aumento de la confianza organísmica: confían en su propio juicio y en su capacidad para elegir el comportamiento adecuado para cada momento.
- Libertad de elección: no se ven restringidos por la incongruencia y son capaces de realizar una amplia gama de elecciones con mayor fluidez. Creen que desempeñan un papel en la determinación de su propio comportamiento y por ello se sienten responsables de su propia conducta.
- Niveles más altos de creatividad: serán más creativos en la forma de adaptarse a sus propias circunstancias sin sentir la necesidad de conformarse.
- Fiabilidad y constructividad: se puede confiar en que actuarán de forma constructiva. Incluso las necesidades agresivas se verán igualadas y equilibradas por la bondad intrínseca en los individuos congruentes.
- Una vida rica y plena: experimentarán la alegría y el dolor, el amor y el desamor, el miedo y el coraje con mayor intensidad.
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La jerarquía de necesidades de Abraham Maslow
Abraham Maslow (1908-1970) fue un psicólogo estadounidense conocido por proponer una jerarquía de necesidades humanas en la motivación del comportamiento. Maslow describió un patrón a través del cual las motivaciones humanas generalmente se mueven, lo que significa que para que la motivación se produzca en el siguiente nivel, cada nivel debe ser satisfecho dentro del propio individuo. Estas etapas incluyen:
- necesidades fisiológicas: los principales requisitos físicos para la supervivencia humana, incluyendo la homeostasis, la comida, el agua, el sueño, el refugio y el sexo.
- necesidades de seguridad: la necesidad de seguridad personal, emocional, financiera y física. Una vez que las necesidades fisiológicas de una persona están relativamente satisfechas, sus necesidades de seguridad tienen prioridad y dominan el comportamiento. En ausencia de seguridad física -debido a la guerra, los desastres naturales, la violencia familiar, los abusos en la infancia, el racismo institucional, etc. – las personas pueden (re)experimentar un trastorno de estrés postraumático o un trauma transgeneracional. En ausencia de seguridad económica -debido a una crisis económica y a la falta de oportunidades de trabajo- estas necesidades de seguridad se manifiestan en formas como la preferencia por la seguridad en el trabajo, los procedimientos de reclamación para proteger al individuo de la autoridad unilateral, las cuentas de ahorro, las pólizas de seguro, las adaptaciones por discapacidad, etc. Este nivel es más probable que predomine en los niños, ya que generalmente tienen una mayor necesidad de sentirse seguros.
- Amor y pertenencia: la necesidad de amistades, intimidad y pertenencia. Esta necesidad es especialmente fuerte en la infancia y puede anular la necesidad de seguridad, como se observa en los niños que se aferran a los padres abusivos. Las deficiencias en este nivel de la jerarquía de Maslow -debido al hospitalismo, la negligencia, el rechazo, el ostracismo, etc. – pueden afectar negativamente a la capacidad del individuo para formar y mantener relaciones emocionalmente significativas en general.
- Estima: el típico deseo humano de ser aceptado y valorado por los demás. Las personas suelen dedicarse a una profesión o afición para obtener reconocimiento. Las necesidades de estima son necesidades de ego o de estatus. Las personas desarrollan una preocupación por obtener reconocimiento, estatus, importancia y respeto de los demás. La mayoría de los seres humanos tienen la necesidad de sentirse respetados; esto incluye la necesidad de tener autoestima y autorrespeto.
- Autorrealización: Maslow describe este nivel como el deseo de lograr todo lo que uno puede, para llegar a ser lo máximo que uno puede ser. Los individuos pueden percibir o centrarse en esta necesidad de forma muy específica. Por ejemplo, un individuo puede tener un fuerte deseo de convertirse en un padre ideal. En otro, el deseo puede expresarse de forma atlética. Para otros, puede expresarse en pinturas, cuadros o inventos. Algunos ejemplos son la utilización de habilidades y talentos, la persecución de objetivos y la búsqueda de la felicidad.
Además, esta teoría es una base clave para entender cómo se correlacionan el impulso y la motivación cuando se habla del comportamiento humano. Cada uno de estos niveles individuales contiene una cierta cantidad de sensaciones internas que deben cumplirse para que un individuo complete su jerarquía. El objetivo en la teoría de Maslow es alcanzar el quinto nivel o etapa de autoactualización.
Figura 2. Diagrama de la jerarquía de necesidades de Maslow. La jerarquía de necesidades de Maslow suele representarse en forma de pirámide con las necesidades más grandes y fundamentales en la base y la necesidad de autorrealización y trascendencia en la cima. En otras palabras, el quid de la teoría es que las necesidades más básicas de los individuos deben ser satisfechas antes de que se sientan motivados para alcanzar las necesidades de nivel superior.
Míralo
Mira cómo la jerarquía de necesidades de Maslow cobra vida en este rápido vídeo.
Puedes ver la transcripción de «La jerarquía de necesidades de Maslow» aquí (se abre en una nueva ventana).
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