Diagnóstico del insomnio

El insomnio es un trastorno del sueño que afecta al 10-30% de los adultos. Según la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, 3ª edición, de la Academia Americana de Medicina del Sueño, el insomnio se define como la «dificultad persistente con el inicio, la duración, la consolidación o la calidad del sueño.» Las personas desarrollan síntomas de insomnio a pesar del tiempo adecuado asignado al sueño y de la oportunidad de dormir en un entorno confortable, y también experimentan una somnolencia diurna excesiva y otras alteraciones cuando están despiertos que resultan directamente de la pérdida de sueño.

Muchas personas experimentan problemas para conciliar o mantener el sueño, pero los pacientes deben cumplir ciertos criterios para recibir un diagnóstico formal de insomnio. El proceso de diagnóstico puede consistir en múltiples exámenes y citas.

Cómo diagnosticar el insomnio

Los requisitos para un diagnóstico de insomnio están evolucionando continuamente a medida que los investigadores aprenden más sobre este trastorno del sueño. Según los criterios actuales, los pacientes deben informar de al menos uno de los siguientes problemas para recibir un diagnóstico de insomnio.

  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Dificultad para permanecer dormido durante la noche
  • Repetidos casos de despertarse antes de lo deseado
  • Sentimientos de resistencia para irse a dormir a una hora razonable
  • Dificultad para dormir sin ayuda de los padres o cuidadores
  • Además, los pacientes deben experimentar uno o más de los siguientes trastornos diurnos después de una noche de sueño afectado por el insomnio:

    • Sentimientos de fatiga o malestar
    • Dificultad para concentrarse, prestar atención, recordar o rememorar
    • Deterioro del rendimiento en entornos sociales, familiares, académicos o laborales
    • Somnolencia diurna excesiva
    • Hiperactividad, impulsividad, agresividad, y otros problemas de comportamiento
    • Disminución de la energía, la motivación o la iniciativa
    • Mayor riesgo de errores o accidentes
    • Preocupaciones o insatisfacción con respecto al sueño
      • Estos síntomas nocturnos y diurnos deben producirse a pesar de contar con oportunidades adecuadas para dormir y con un entorno de dormitorio que favorezca el sueño. Si los síntomas se producen al menos tres veces por semana durante al menos tres meses, el paciente será diagnosticado de insomnio crónico. Si no se alcanzan estos puntos de referencia, la afección se conoce como insomnio de corta duración o agudo. Se puede diagnosticar una tercera afección conocida como otro insomnio si el paciente no cumple los criterios del insomnio de corta duración pero, no obstante, presenta síntomas de insomnio.

        La causa de los síntomas de insomnio de una persona también es crucial para su diagnóstico. El insomnio primario se produce de forma independiente, mientras que el insomnio secundario suele atribuirse a una condición médica o psicológica subyacente que provoca la pérdida de sueño. El insomnio primario y el secundario comparten los mismos síntomas. Sin embargo, el tratamiento para el insomnio secundario normalmente también abordará la condición subyacente del paciente.

        Factores de riesgo para el insomnio

        Aunque el insomnio puede surgir de un problema subyacente o ser una condición primaria, las personas son más susceptibles a los síntomas del insomnio en base a ciertos factores de riesgo. Estos incluyen:

        • Edad: Se pueden desarrollar síntomas de insomnio a cualquier edad, incluso en la infancia, pero el riesgo de padecer insomnio -y problemas de sueño en general- tiende a aumentar a medida que se envejece.
        • Sexo: El insomnio es más común en las mujeres. En particular, los cambios hormonales que sufre una mujer durante el embarazo pueden causar problemas de sueño.
        • Historia familiar: Los síntomas del insomnio pueden heredarse genéticamente, al igual que la probabilidad de ser un durmiente «ligero» o «pesado».
        • Entorno del dormitorio: Para promover un sueño saludable, su dormitorio debe ser tranquilo y relativamente libre de luz. Una temperatura equilibrada -ni demasiado caliente ni demasiado fría- también es importante.
        • Ocupación: Puede correr un mayor riesgo de tener dificultades para dormir si trabaja en turnos que incluyen horas nocturnas o tempranas. Los viajes frecuentes a través de diferentes zonas horarias también pueden hacerle más vulnerable al jet lag.
        • Rutinas de sueño: Dormir demasiadas siestas durante el día puede afectar a lo cansado que se siente por la noche, lo que a su vez puede contribuir a la pérdida de sueño. Debe mantener un horario de sueño regular que incluya las mismas horas de sueño y de despertar cada día.
        • Estilo de vida: La falta de ejercicio durante el día puede contribuir a los problemas de sueño. Además, la cafeína, el tabaco, el alcohol y las drogas ilegales pueden afectar a la calidad y la duración del sueño nocturno.
        • El estrés: Los problemas en la escuela o el trabajo, las dificultades matrimoniales y la muerte de un ser querido pueden causar un estrés excesivo que repercute en el inicio, la duración y la calidad del sueño.
        • Condiciones médicas: Las afecciones médicas subyacentes, como las dificultades respiratorias o la apnea del sueño, pueden provocar insomnio.
        • Consultar a un médico sobre el insomnio

          Durante la prueba inicial de detección del insomnio, el médico le preguntará sobre su estilo de vida y sobre cualquier factor de riesgo que pueda estar contribuyendo a sus problemas de sueño. Debe llevar un diario de sueño durante al menos una semana antes de esta primera cita. Documentar el tiempo dormido y despierto cada noche, el número de veces que se despierta, la cantidad de cafeína y alcohol que consume y otros detalles pueden ayudar al médico con su diagnóstico.

          El médico puede pedirle que complete un cuestionario sobre sus hábitos y horarios de sueño. Las áreas comunes de interrogatorio incluyen:

          • Su historial de problemas de sueño y cuánto tiempo lleva lidiando con sus problemas actuales
          • Cuándo se acuesta y se levanta durante la semana, y si estos horarios difieren de su horario de sueño del fin de semana
          • Cuánto tiempo tarda en dormirse cada noche
          • Con qué frecuencia suele despertarse durante la noche, y cuánto tarda en dormirse después de cada episodio de despertares
          • Cómo se siente por la mañana – específicamente, si se siente bien descansado o cansado
          • Si ronca fuerte o se despierta jadeando durante la noche; una respuesta afirmativa aquí puede indicar apnea del sueño u otro trastorno respiratorio relacionado con el sueño
          • Si utiliza dispositivos electrónicos o ve la televisión en las horas previas a la hora de acostarse
          • Si ha empezado a experimentar recientemente un nuevo problema de salud o tiene problemas médicos continuos
          • Si toma algún medicamento con o sin receta
          • Si es una mujer embarazada o con menopausia
          • Si consume cafeína, nicotina, alcohol y/o drogas ilegales
          • Además del cuestionario, el médico realizará un examen médico para comprobar si hay signos y síntomas de problemas que afecten al sueño. Durante este proceso, escucharán el corazón y los pulmones, y también comprobarán si tiene amígdalas relativamente grandes o una circunferencia del cuello superior a la media, ambos factores de riesgo para la apnea del sueño.

            Pruebas diagnósticas adicionales

            En algunos casos, el médico no podrá hacer un diagnóstico firme de insomnio sin realizar más pruebas. Pueden remitirle a uno de los siguientes procedimientos:

            • Estudio del sueño: El médico puede prescribir un estudio del sueño nocturno, también conocido como prueba de polisomnografía. Este estudio puede requerir que pase la noche en un centro dedicado al sueño con sensores en el cuero cabelludo, la cara, los párpados, el pecho, las extremidades y un dedo. Los sensores controlan la actividad de las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca y respiratoria, los niveles de oxígeno y los movimientos musculares que se producen antes, durante y después del sueño. También se pueden realizar estudios del sueño en casa con un kit portátil. Alternativamente, algunas pruebas diurnas monitorizan la latencia del sueño durante una serie de siestas o evalúan su capacidad para mantenerse despierto y alerta después de una noche de sueño normal. Independientemente del estudio del sueño para el insomnio al que se someta, el procedimiento será no invasivo e indoloro.
            • Actigrafía: Las pruebas de actigrafía son algo similares a los estudios del sueño nocturno, pero en la mayoría de los casos usted realizará las pruebas en casa. Para esta prueba, llevará un sensor en la muñeca o el tobillo que monitoriza los patrones de sueño y vigilia. La duración recomendada para llevar los sensores es de tres a 14 días consecutivos. Además de para diagnosticar el insomnio, la actigrafía puede utilizarse para detectar la apnea del sueño, los trastornos del ritmo circadiano del sueño y otras afecciones relacionadas con el sueño. La actigrafía se considera segura para niños y adultos, aunque el sensor puede causar una ligera irritación, aunque temporal: Una serie de condiciones médicas pueden causar o exacerbar los problemas de sueño. Dependiendo de cómo vaya su cuestionario y su examen físico, el médico puede recomendar análisis de sangre para comprobar si hay problemas de tiroides y otras afecciones preexistentes.
              • Si cumple los criterios de diagnóstico de insomnio crónico o de corta duración según su prueba de trastorno del sueño, entonces puede avanzar hacia el tratamiento del insomnio. El tratamiento del insomnio puede consistir en una terapia cognitivo-conductual, cambios en el estilo de vida que mejoren la higiene del sueño, medicación con receta o una combinación de estas tres opciones.

                Siempre busque a su médico u otro médico con credenciales para discutir los síntomas del insomnio, y nunca se autodiagnostique la condición o intente tratar sus síntomas sin las evaluaciones y pruebas adecuadas.

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