La reunión de la Comisión de Población y Desarrollo, que comenzó ayer y concluye el viernes, se centra en las oportunidades y desafíos que plantea la creciente urbanización. La ONU estima que, a finales de este año, la mitad de los 6.700 millones de personas del mundo vivirán en zonas urbanas.
Esta sesión de la Comisión es «especialmente interesante» porque el tema de la urbanización y sus implicaciones no se ha tratado desde hace 10 años, dijo Hania Zlotnik, directora de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES).
«Lo que estamos descubriendo es que, como esperábamos, todavía hay una gran reticencia por parte de los gobiernos a reconocer que la urbanización puede tener incluso efectos positivos», dijo en una conferencia de prensa celebrada hoy.
Aunque la urbanización plantea una serie de retos a los gobiernos locales en términos de gobernanza y de prestación de servicios básicos a una población cada vez mayor, también ofrece oportunidades de crecimiento económico. La ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo se ha urbanizado rápidamente en las últimas tres o cuatro décadas.
«Irónicamente, gran parte de la urbanización se está produciendo en Ciudad del Cabo precisamente porque hay una economía viable y vibrante que ha estado en auge durante los últimos 10 años y que atrae a personas de todo el subcontinente», señaló la alcaldesa de la ciudad, Helen Zille.
Añadió que las ciudades modernas tienen éxito en la medida en que vinculan a sus poblaciones con la economía de la nación y la economía de la nación con la economía global. «La ciudad tiene que acertar en ambos aspectos para mejorar la vida de los más pobres y permitir que todos tengan oportunidades en la ciudad», afirmó.
David Satterthwaite, del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo, destacó que las ciudades compactas, bien diseñadas y gestionadas pueden generar una calidad de vida «fantástica» con un nivel relativamente bajo de emisiones de gases de efecto invernadero.
«Así pues, las ciudades no sólo son muy importantes para la reducción de la pobreza, sino también para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero»
.