En una emergencia, el estrés puede salvar su vida. Cuando te pones delante de un coche a toda velocidad o estás a punto de perder un plazo importante, tu cuerpo reconoce la alarma y vierte hormonas del estrés en tu torrente sanguíneo. Estas hormonas aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial, dándole el impulso extra de energía y fuerza que necesita para sobrevivir a cada situación amenazante.
Esta respuesta al estrés permitió a nuestros ancestros escapar del peligro y luchar contra los depredadores, asegurando su supervivencia. Pero incluso entonces, nuestros antepasados no luchaban contra el peligro durante todo el día. Hoy en día, sin embargo, los factores de estrés pueden parecer interminables, apareciendo de muchas formas, desde listas kilométricas de tareas pendientes hasta problemas en las relaciones. Es entonces cuando el estrés resulta contraproducente: La liberación constante de hormonas puede causar estragos en órganos esenciales, incluyendo su tiroides.
El estrés y su tiroides: La posible relación
Situada en la parte inferior del cuello, la glándula tiroides produce hormonas que controlan la rapidez con la que el cuerpo utiliza la energía, produce proteínas y responde a otras hormonas. Aunque no se ha demostrado la relación, los expertos especulan que el estrés puede afectar a esta función.
«El efecto del estrés sobre la función tiroidea es complejo», dice el doctor Harris L. Wasser, endocrinólogo del Centro Médico Regional de Los Robles en Thousand Oaks, California. «Sin embargo, los cambios inducidos por el estrés en el sistema serotoninérgico, que forma parte de la función cerebral, y los niveles de cortisol pueden afectar al metabolismo de la hormona tiroidea.»
El cortisol, la principal hormona producida en respuesta al estrés, puede suprimir la función hipofisaria e impedir que se libere la hormona estimulante de la tiroides (TSH), induciendo así el hipotiroidismo, según el Dr. Wasser.
El hipotiroidismo, el estrés y su cerebro
El estrés puede afectar a la memoria y a otras funciones cognitivas, pero las personas con hipotiroidismo que también sufren estrés pueden experimentar problemas cognitivos más graves.
En un estudio publicado en la revista Behavioral Brain Research en 2004, los investigadores probaron la memoria espacial de ratas a las que se les había modificado el hipotiroidismo. Las ratas fueron sometidas a estrés durante cuatro a seis semanas y luego fueron entrenadas para aprender y recordar la ubicación de una plataforma oculta para escapar del agua. Los científicos descubrieron que las ratas con estrés crónico o con hipotiroidismo presentaban un leve deterioro de la memoria espacial. Sin embargo, cuando las ratas tenían tanto estrés como hipotiroidismo, mostraban un deterioro de la memoria más grave y duradero.
«El hipotiroidismo y el estrés no tratados pueden perjudicar la función mental», afirma el doctor Frederick Singer, endocrinólogo y director del programa de endocrinología y enfermedades óseas del Instituto Oncológico John Wayne del Centro de Salud Providence Saint John en Santa Mónica, California. Cuando se trata el hipotiroidismo, el estrés debería tener efectos menos graves, dice.
La conclusión: Tanto si se tiene hipotiroidismo como si no, controlar el estrés es clave para mantenerse sano. «Mantenga una actitud positiva, prevea que hay acontecimientos que no podemos controlar, aprenda a relajarse, coma de forma equilibrada, haga ejercicio y duerma adecuadamente», aconseja Wasser.