El nacimiento del cine sonoro

El Imax, las gafas 3-D, el VHS, el tecnicolor… la tecnología ha remodelado continuamente Hollywood. Pero tal vez el cambio más grande e importante se produjo al principio de la historia de la industria: la transición del cine mudo al sonoro.

Marc Wanamaker, historiador de Hollywood desde hace mucho tiempo, y consultor de películas como «La La Land», nos guía a través de lo que ocurrió y de cómo transformó para siempre la pantalla de plata.

Al igual que muchas leyendas de Hollywood, éste ha utilizado la transición del silencio al sonido como forraje para sus películas. Desde «Singin’ in the Rain» hasta «The Artist», el nacimiento del cine sonoro se ha dramatizado como un rayo repentino y salido de la nada que destruyó las carreras de todas las estrellas del cine mudo. Wanamaker dice que la realidad fue mucho más complicada.

En primer lugar, a pesar de lo que implica «Cantando bajo la lluvia», «El cantor de jazz» no fue realmente la primera película sonora. Aunque fue el primer largometraje con escenas de diálogo, no fue la primera película sonora. Si queremos remontarnos al nacimiento del sonido en el cine, tenemos que empezar por la que fue, posiblemente, la primera mujer directora del mundo.

Según Wanamaker, hubo películas sonoras y musicales hasta 1898.

«Alice Guy-Blaché, la primera mujer directora del mundo, en la década de 1890, hizo 103 películas sonoras antes de 1905», dice Wanamaker. Pero el sonido era una novedad, porque había que equipar la sala de cine con aparatos voluminosos y caros para que el sonido funcionara. Así, el cine mudo gozó de preeminencia durante los primeros 30 años de la historia del cine.

La transición al sonido fue en realidad una cuestión de recursos. Warner Bros. fue la primera compañía cinematográfica dispuesta a desembolsar los millones de dólares necesarios para poner sonido en las salas. La primera película con la que lo intentaron fue «Don Juan», protagonizada por John Barrymore, que contaba con orquesta y efectos sonoros sincronizados. (Se oía el choque de los aceros cuando Don Juan se metía en peleas de espadas.)

La película fue un gran éxito, por lo que Warner Bros. se puso en contacto con Al Jolson, una de las mayores estrellas del mundo, para crear el primer largometraje con diálogos y canciones. «El cantor de jazz» fue un inmenso éxito, y así, los demás estudios invirtieron el dinero para cablear sus cines. Pero el paso al cine sonoro fue un poco complicado.

Como se dramatiza en «Singin’ in the Rain», «no sabían dónde poner los micrófonos, los ponían en macetas», dice Wanamaker. «Al final empezaron a colgarlos, eran unos micrófonos gigantes llamados cilíndricos, pesaban como 9 kilos».

La industria tuvo que escribir sus guiones de forma completamente diferente, y es cierto que algunas estrellas no pudieron adaptarse. Wanamaker incluso afirma que el hecho de que Douglas Fairbanks tuviera problemas en la transición al cine sonoro influyó en su divorcio con Mary Pickford.

Así que «Cantando bajo la lluvia» puede que no sea la representación más realista de cómo el sonido se apoderó de Hollywood. Aun así, es una película increíble, y en Hollywood, eso es lo que importa.

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