Debido a que el niño con diarrea del niño pequeño es, por definición, sano y próspero, la mayoría de los expertos no recomiendan ningún tratamiento farmacéutico.
Por eso no hay «cura» para la diarrea del niño pequeño, ya que no es realmente una enfermedad. Pero hay algunas cosas que puedes hacer para mejorarla.
Registra las comidas
Lleva un diario de comidas y relaciónalo con la cantidad, la frecuencia y el momento de la diarrea. Esto puede ayudar al médico de su hijo a eliminar cualquier otra causa de diarrea que sea más preocupante, como las intolerancias o alergias alimentarias.
Compruebe si hay heces con sangre
Asegúrese de que no hay sangre en las heces. Esto parece obvio en el caso de los niños que todavía llevan pañales, pero asegúrese de comprobar las heces de los que están entrenados para ir al baño, ya que es posible que no se lo mencionen. Si encuentra sangre en las heces, acuda al médico de su hijo de inmediato.
A veces la sangre en las heces puede ser microscópica, por lo que el pediatra de su hijo puede pedirle una muestra de heces para analizarla si hay alguna preocupación.
Además, hable con su médico si su hijo tiene diarrea junto con pérdida de peso o poco aumento de peso, vómitos, fiebre, dolor abdominal o heces grasientas o aceitosas.
Salte los zumos de frutas
Limite los zumos y otros líquidos con fructosa y sorbitol, como las bebidas deportivas y los refrescos. Mantenga la cantidad total de zumo, si lo hay, a menos de 8 onzas al día.
Aumente la ingesta de fibra
Una mayor cantidad de fibra puede ayudar a reafirmar las heces. Elija cereales y panes integrales, legumbres y frutas y verduras frescas. Y añadir un poco más de grasa a la dieta también puede ayudar.
Esto puede resultar sorprendente, ya que se presta mucha atención a limitar la ingesta de grasas. Pero si su hijo pequeño no tiene sobrepeso y hace una buena cantidad de ejercicio, como la mayoría, entonces un poco de grasa extra debería estar bien. Asegúrese de consultar con su médico si esto es apropiado para su hijo. Si añade grasa, que sea una grasa saludable como los lácteos, el aguacate, el aceite de oliva o los huevos.
Pruebe los probióticos
Los probióticos están disponibles sin receta médica. Los probióticos son bacterias y levaduras vivas que son beneficiosas para el organismo. Lo más probable es que no perjudiquen al niño, y pueden ayudarle. Sin embargo, no hay estudios que demuestren que son eficaces.