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Universidad de Zúrich
Unas nuevas pruebas podrían desmentir la idea de que Colón trajo la sífilis a Europa.
Los europeos podrían haberse infectado ya con esta enfermedad de transmisión sexual antes del siglo XV, según un nuevo estudio.
Además, los investigadores han descubierto un patógeno hasta ahora desconocido que causa una enfermedad relacionada. El antecedente de la sífilis y sus enfermedades relacionadas podría tener más de 2.500 años.
«Parece que el primer brote de sífilis conocido no puede atribuirse únicamente a los viajes de Colón a América.»
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual y, aunque comúnmente se descarta debido a la disponibilidad de tratamientos modernos, en realidad se está extendiendo a un ritmo alarmante: En las últimas décadas, más de 10 millones de personas en todo el mundo se han infectado con la subespecie pallidum de la bacteria Treponema pallidum.
Otras treponematosis, como el pian y el bejel, están causadas por otras subespecies de Treponema pallidum. Los orígenes de la sífilis, que causó estragos en Europa desde finales del siglo XV hasta el XVIII, siguen sin estar claros.
La hipótesis más popular hasta ahora responsabiliza a Cristóbal Colón y sus marineros de traer la enfermedad a Europa desde América.
El nuevo estudio indica una buena posibilidad de que el Treponema pallidum ya existiera en Europa antes de que Colón zarpara hacia América.
Los investigadores encontraron treponematosis en restos humanos arqueológicos de Finlandia, Estonia y los Países Bajos. Los investigadores utilizaron tanto la datación molecular de los antiguos genomas bacterianos como la tradicional datación por radiocarbono de las muestras para estimar la edad de los patógenos causantes de estas enfermedades.
Los resultados indican que los genomas databan de entre principios del siglo XV y el XVIII.
Además de los casos de sífilis, los investigadores encontraron pian en uno de los individuos. Al igual que la sífilis, el pian se transmite a través del contacto con la piel, aunque raramente a través de las relaciones sexuales. En la actualidad, la enfermedad sólo se encuentra en regiones tropicales y subtropicales.
«Nuestros datos indican que el pian se extendió por toda Europa. No se limitaba a los trópicos, como ocurre en la actualidad», afirma la última autora, Verena Schünemann, profesora de paleogenética en el Instituto de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zúrich.
El equipo de investigación también descubrió algo más: el esqueleto hallado en los Países Bajos contenía un patógeno perteneciente a un linaje treponémico nuevo, desconocido y basal. Este linaje evolucionó de forma paralela a la sífilis y el pian, pero ya no está presente como enfermedad moderna.
«Este descubrimiento imprevisto es especialmente emocionante para nosotros, porque este linaje es genéticamente similar a todas las subespecies treponémicas actuales, pero también tiene cualidades únicas que difieren de ellas», afirma el primer autor, Kerttu Majander.
Debido a que varias subespecies de Treponema pallidum estrechamente relacionadas existían en toda Europa, es posible que las enfermedades persistieran en regiones superpuestas y que a veces infectaran a la misma persona. La distribución espacial en la periferia norte de Europa también sugiere que las treponematosis endémicas ya se habían extendido ampliamente en Europa a principios de la Edad Moderna.
«Utilizando nuestros genomas antiguos, ahora es posible por primera vez aplicar una datación más fiable al árbol genealógico del treponema», afirma Schünemann. Los análisis genéticos realizados en este estudio sugieren que el predecesor de todas las subespecies modernas de Treponema pallidum probablemente evolucionó hace al menos 2.500 años. En el caso de la sífilis venérea en particular, el último ancestro común existió entre los siglos XII y XVI.
De acuerdo con la diversidad de treponematosis recién descubierta en la Europa moderna temprana, la sífilis puede haberse originado o quizás haberse desarrollado aún más en el Viejo Mundo.
«Parece que el primer brote conocido de sífilis no puede atribuirse únicamente a los viajes de Colón a América», concluye Schünemann. «Las cepas de treponematosas pueden haber coevolucionado e intercambiado material genético antes y durante los contactos intercontinentales. Es posible que aún tengamos que revisar nuestras teorías sobre los orígenes de la sífilis y otras enfermedades treponémicas».
La investigación aparece en Current Biology.