El útero puede estar en diferentes posiciones en la pelvis, y puede variar de una mujer a otra. Lo más habitual es que el útero se sitúe horizontalmente sobre la vejiga, al igual que los ovarios. A medida que el útero se agranda con el embarazo, o tal vez con un fibroma grande, causará una presión creciente sobre la vejiga, y esto se traduce en un aumento de la frecuencia urinaria, síntomas de presión, y tal vez protrusión abdominal inferior.
El cuerpo del útero puede estar vertical, en línea con el plano de la vagina, o puede estar girado hacia el recto, una condición llamada «retroversión» uterina. El término para esta condición anatómica es útero «inclinado». Esta variante normal de la anatomía pélvica está presente en el 20-30% de las mujeres y no suele tener consecuencias. A menudo relaciono su significado con el hecho de ser zurdo. Para algunas mujeres, sin embargo, el útero en retroversión es muy problemático. Debido a su posición muy baja en la pelvis, el cuerpo del útero y los ovarios son muy susceptibles a los traumatismos del coito. Desde un punto de vista funcional, se puede pensar que la vagina es muy poco profunda, ya que el hombre puede golpear muy fácilmente el útero y los ovarios durante el coito, y esto puede ser muy incómodo. Un coito enérgico, especialmente con la posición femenina-superior, puede estar asociado a un desgarro de los tejidos de soporte del útero. Si con la abstinencia durante unas semanas no se resuelve el problema de la sensibilidad, y si la movilidad del cuello uterino parece ser excesiva y anormal, y el movimiento del cuello uterino reproduce el dolor que la paciente experimenta con las relaciones sexuales, debe considerarse firmemente el diagnóstico de una rotura de ligamentos. Muchas veces una paciente relata su historia como se ha descrito anteriormente, y cuando le pregunto si estaba en posición femenina-superior, y si sintió de repente que «algo se rompió», me mirará casi con asombro, como si yo hubiera visto lo que ocurrió!!
El tratamiento para el problema de un útero retrovertido sintomático es mover el útero a la posición más común «sobre la vejiga» o extirparlo mediante histerectomía. La recolocación del útero es relativamente sencilla mediante laparoscopia, suele resolver el problema de la sensibilidad y se preserva la fertilidad. Aunque la mayoría de las mujeres pueden experimentar ocasionalmente molestias en la penetración profunda (dependiendo de la posición o del momento del ciclo mensual en que se encuentren), para algunas el útero inclinado puede dejarlas incapacitadas sexualmente. Afortunadamente, la corrección es bastante simple, y eficaz.