El sueño típico a esta edad
Ahora tu bebé es oficialmente un niño pequeño -pero sigue necesitando dormir tanto como cuando era más pequeño. Hasta su segundo cumpleaños, tu hijo debe dormir unas 14 horas al día, 11 de ellas por la noche. El resto vendrá en forma de siesta.
Tu hijo seguirá necesitando dos siestas a los 12 meses, pero cuando tenga 18 meses, puede estar preparado para una sola siesta de 90 minutos a tres horas por la tarde -un patrón que puede seguir hasta los 4 o 5 años.
La transición de dos siestas a una puede ser difícil. La experta en sueño Jodi Mindell sugiere alternar días de una y dos siestas, dependiendo de cuánto haya dormido tu hijo la noche anterior. También puede intentar acostar a su hijo un poco antes en los días de una siesta.
Cómo establecer hábitos de sueño saludables
No hay mucho nuevo que pueda hacer para ayudar a su hijo a convertirse en un buen dormilón a esta edad, pero esté atento a los nuevos problemas, como la resistencia a la hora de dormir, que aparecerán en algún momento entre los 18 meses y el tercer cumpleaños de su hijo. Su mejor opción ahora: Seguir practicando las estrategias que ha desarrollado desde que su hijo tenía 6 meses, incluyendo:
Seguir un ritual nocturno a la hora de acostarse.
Una rutina regular a la hora de acostarse ayuda a su hijo a relajarse al final del día y a prepararse para dormir. Si necesita descargar el exceso de energía, no pasa nada por dejarle corretear un rato antes de pasar a algo más tranquilizador, como un juego tranquilo, un baño o un cuento para dormir.
Sigue el mismo patrón cada noche, incluso cuando estés fuera de casa. A los niños pequeños les encanta la consistencia, y ser capaces de predecir cuándo y cómo va a ocurrir algo les ayuda a sentir que tienen el control.
Conserve un horario diario consistente, incluyendo la hora de acostarse y la siesta.
Como siempre, también es una buena idea establecer y mantener un horario consistente de acostarse y de siesta como parte de su horario diario. Si su hijo duerme la siesta, come, juega y se prepara para ir a la cama más o menos a la misma hora todos los días, será mucho más probable que se duerma sin problemas.
Asegúrese de que su hijo es capaz de dormirse solo.
No olvide lo importante que es que su hijo se duerma solo cada noche. Puede considerar no mecerlo, amamantarlo o cantarle para que se duerma para que aprenda a calmarse por sí mismo cuando se despierte por la noche. Que tu hijo se despierte y no sea capaz de volver a dormirse por sí mismo tampoco es lo ideal para ti: si se despierta, probablemente llorará por ti.
Potenciales dificultades
A esta edad, tu hijo puede tener dificultades para dormirse o despertarse con frecuencia por la noche. Eso podría estar relacionado con los hitos del desarrollo que está alcanzando, especialmente el de caminar. Tu hijo está tan entusiasmado con sus nuevas habilidades que quiere seguir practicando, incluso cuando le dices que es la hora de dormir.
Si se resiste a dormirse, la mayoría de los expertos aconsejan dejarle en su cuna durante unos minutos para ver si se calma. Si no es así, puedes plantearte utilizar alguna versión del método de «llanto».
Si no quieres seguir ese camino, está bien que tranquilices a tu hijo con tu presencia, pero no enciendas la luz de su habitación ni te quedes demasiado tiempo. Puedes intentar reducir tus respuestas esperando un poco más para entrar cada vez que te llame y alejándote un poco más de su cama en cada visita, hasta que puedas tranquilizarle desde la puerta sin llegar a entrar. Cada vez, recuérdale que es hora de ir a dormir.
También tendrás que decidir qué hacer si se despierta por la noche, no puede volver a calmarse y acaba llorando por ti. Está bien que vayas a verle o a consolarle. Pero si quiere que te quedes a jugar, recuérdale con delicadeza que la noche es para dormir.
Cuándo pedir ayuda
Los problemas de sueño son comunes en los niños, y a veces sólo hay que tener paciencia y esperar a que pasen. Pero si su hijo tiene problemas para conciliar y mantener el sueño y luego parece somnoliento durante el día, o tiene problemas para respirar o ronca con fuerza, es una buena idea consultar a su médico para descartar problemas (como la apnea del sueño) que puedan impedirle descansar lo suficiente.