¿Cómo se debe servir el sake?
Aunque el sake se ha servido tradicionalmente caliente, los avances en la tecnología de elaboración han hecho que los perfiles de sabor del sake se destruyan con el calor. Hoy en día, la mayoría del sake de calidad superior sabe mejor cuando está ligeramente frío. Sin embargo, si el sake está demasiado frío, muchos de sus componentes de sabor quedan enmascarados, al igual que los de un vino. El sake, al igual que el vino, presenta una personalidad diferente a distintas temperaturas. Cada sake tiene su propia temperatura óptima, que variará en función del sake y de sus preferencias personales. Como pauta general y punto de partida, considere lo siguiente:
- El ginjo y otros tipos de sake de primera calidad son buenos si están ligeramente fríos.
- El Junmai, con su sabor ligeramente más completo y su acidez ligeramente más alta, suele estar bien ligeramente frío o a temperatura ambiente.
- El sake que se calienta no debe estar demasiado caliente, sino más bien justo por encima de la temperatura corporal, unos 100-104 grados Fahrenheit (40 a 45 grados Celsius).
- Si no tiene previsto beber su sake poco después de recibirlo, manténgalo refrigerado o en una habitación fresca y oscura. La exposición prolongada al calor o a la luz directa estropeará tu sake.
- En general, es mejor consumir el sake poco después de comprarlo. Aunque el sake a veces se envejece, a menudo con resultados maravillosos, el sake que vendemos se consume mejor unos meses después de la compra.
- Una vez que abra su botella de sake, le sugerimos que disfrute de la botella completa en un plazo de dos o tres horas, y si tiene amigos en casa eso no es demasiado difícil. Si simplemente no puede terminarla toda, guárdela en su refrigerador y beba el resto en los dos días siguientes. El sake de primera calidad, una vez abierto, comienza a oxidarse, y esto afecta notablemente al sabor.
- Calentar el sake
El sake se calienta fácilmente colocando un frasco lleno en un cazo con agua caliente o en un microondas. Sin embargo, dejar que un sake frío se caliente hasta alcanzar la temperatura ambiente, degustándolo todo el tiempo, es una excelente manera de encontrar lo que mejor funciona para un sake determinado. Le ayudará a combinarlo con la comida y a determinar sus propias preferencias. El sake calentado debe estar justo por encima de la temperatura corporal, unos 100-104 grados Fahrenheit (40 a 45 grados Celsius). Sin embargo, el sake presentado en este sitio se sirve mejor ligeramente frío. Calentar el sake tiende a enmascarar los verdaderos sabores que pretendía el fabricante.
Etiqueta de vertido
Con el sake, al igual que con la cerveza, el vertido para los demás es una costumbre común en Japón a la que cuesta acostumbrarse, pero que tiene un maravilloso encanto y atractivo una vez arraigada. Las tazas pequeñas (llamadas ochoko o guinomi) y un frasco o recipiente más grande para servir (tokkuri) permiten rellenarlas con frecuencia, lo que constituye un minitratamiento de unión social. En situaciones formales, el tokkuri se sostiene con las dos manos cuando se sirve. Asimismo, la persona que recibe debe levantar su vaso de la mesa, sosteniéndolo con una mano y apoyándolo con la otra.
Cuanto más formal sea la situación, más se respeta esta etiqueta. Incluso en situaciones informales, lo normal es servir el sake a los compañeros de mesa, aunque en las fiestas de vertido y recepción se suele volver al agarre más natural con una sola mano. Entre amigos cercanos, después de la primera ronda o así, se suele abandonar todo ritual de vertido por comodidad. Servir para uno mismo se conoce como tejaku.
Sus acompañantes pueden sentir un impulso incontrolable de rellenar su taza cuando está vacía. Resistirse a sus súplicas de más es generalmente inútil, así que lo mejor es dejar que su taza se llene y luego tomar pequeños sorbos para que nunca se quede seca.
Consejos de almacenamiento y consumo
Cada producto de eSake es de primera calidad, y se disfruta mejor fresco o refrigerado. No recomendamos calentar nuestro sake, ya que esto tiende a enmascarar o destruir varias características de sabor de la bebida.
Se trata de un sake de primera calidad que, una vez abierto, empieza a oxidarse, lo que afecta notablemente al sabor.