El cobre es un oligoelemento que se encuentra en todos los tejidos del cuerpo y es necesario para muchas funciones celulares. Uno de los papeles más importantes del cobre en el cuerpo humano es el de promover la función neurológica al desempeñar un papel en la defensa antioxidante y la síntesis de neurotransmisores. El cobre se ha implicado en enfermedades del sistema nervioso, como la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de Lou Gehrig) y la enfermedad de Parkinson.1 La deficiencia de cobre acabará provocando síntomas neurológicos, pero el exceso de cobre también puede ser perjudicial para el sistema nervioso.
Deficiencia de cobre
Las causas conocidas de la deficiencia de cobre son la mala absorción, los medicamentos, las cirugías gástricas o intestinales y la hemodiálisis. El cobre se absorbe en el intestino delgado, principalmente en el duodeno. Los síndromes de malabsorción, como la enfermedad celíaca, y ciertos medicamentos pueden alterar la absorción de cobre y causar una deficiencia de cobre. La desnutrición asociada a la diarrea crónica y los pacientes que siguen una dieta estricta a base de leche también pueden desarrollar una deficiencia de cobre con el tiempo. Los medicamentos como los antagonistas H2 o los inhibidores de la bomba de protones pueden disminuir la absorción de cobre porque el ácido gástrico y la pepsina son necesarios para liberar el cobre ligado a los alimentos. Una suplementación excesiva de zinc puede inducir una deficiencia de cobre al reducir la cantidad de cobre absorbida en los enterocitos del intestino delgado. Un ejemplo de ingesta inesperada de zinc es el uso a largo plazo de adhesivos para prótesis dentales que contienen altas cantidades de zinc.2
Otra causa importante de deficiencia de cobre es la cirugía de bypass gástrico en Y de Roux para la obesidad. Aunque la deficiencia de cobre es rara vez reportada en esta población, es probable que ocurra con bastante frecuencia.3 Los pacientes suelen presentarse años después de la cirugía de bypass gástrico con cambios en la marcha y neuropatías periféricas. Los síntomas más comunes de la deficiencia de cobre son parestesias y alteración de la percepción de las vibraciones en las piernas, junto con una alteración del tacto o la fuerza. Los pacientes también pueden presentar anemia y disminución del recuento de glóbulos blancos. En este contexto, la deficiencia de cobre puede diagnosticarse erróneamente como deficiencia de vitamina B12, ya que es una complicación más conocida de la cirugía de bypass gástrico. La evaluación del ácido metilmalónico como indicador del estado de la vitamina B12 y del cobre sérico o de la ceruloplasmina debería evitar este diagnóstico erróneo.
La administración de suplementos de cobre por vía oral debería utilizarse para corregir la deficiencia de cobre e incluso ha sido eficaz en pacientes con malabsorción de cobre. Cabe destacar que una anemia resultante de la deficiencia de cobre puede corregirse en el plazo de 1 a 2 meses, pero algunos cambios neurológicos pueden ser permanentes. Estas cuestiones subrayan la importancia de vigilar de cerca las deficiencias nutricionales en los pacientes después de la cirugía de bypass gástrico.
Toxicidad del cobre
En contraste con la deficiencia de cobre, la toxicidad del cobre es rara porque el cuerpo humano regula el almacenamiento de cobre a través de la excreción biliar. La ingestión de cobre en cantidades de hasta 0,5 mg/kg/d parece ser segura. El consumo de cantidades entre 10 y 15 mg/kg/d de cobre puede provocar un sabor metálico, vómitos y diarrea. En pacientes con una predisposición genética, como la enfermedad de Wilson, la ingestión crónica de un exceso de cobre puede provocar una cirrosis hepática y una degeneración progresiva de los ganglios basales del cerebro. El depósito de cobre en los ganglios basales provoca síntomas parkinsonianos, como distonía y temblores. El exceso de cobre también puede depositarse en el ojo, causando un anillo de Kayser-Fleischer, que está presente en aproximadamente el 95% de los pacientes con síntomas neurológicos de toxicidad por cobre.
Conclusión
Tanto la deficiencia como la toxicidad por cobre pueden causar alteraciones neurológicas. Aunque la deficiencia y la toxicidad de cobre son afecciones poco frecuentes, los pacientes de riesgo deben ser vigilados debido a la gravedad de los síntomas neurológicos.