Mapa: Las mayores petroleras estatales del mundo
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El petróleo es uno de los recursos naturales más importantes del mundo, ya que desempeña un papel fundamental en todo tipo de productos, desde los combustibles para el transporte hasta los cosméticos.
Por esta razón, muchos gobiernos optan por nacionalizar su suministro de petróleo. Esto les da un mayor grado de control sobre sus reservas de petróleo, así como acceso a fuentes de ingresos adicionales. En la práctica, la nacionalización suele implicar la creación de una compañía petrolera nacional para supervisar las operaciones energéticas del país.
¿Cuáles son las mayores y más influyentes compañías petroleras estatales del mundo?
Nota del editor: Este post y la infografía pretenden ofrecer un amplio resumen de la industria petrolera estatal. Debido a las variaciones en la presentación de informes y la información disponible, las empresas nombradas no representan un índice exhaustivo.
Empresas petroleras estatales por ingresos
Las empresas petroleras nacionales son una fuerza importante en el sector energético mundial, ya que controlan aproximadamente tres cuartas partes de las reservas de petróleo de la Tierra.
Como resultado, muchas han encontrado su lugar en la lista Fortune Global 500, una clasificación de las 500 mayores empresas del mundo por ingresos.
País | Rango de Fortune Global 500 | Ingresos de 2019 | |
---|---|---|---|
🇨🇳 China | Grupo Sinopec | 2 | 443B$ |
🇨🇳 China | China National Petroleum Corporation (CNPC) | 4 | 379B$ |
🇸🇦 Arabia Saudita | Saudi Aramco | 6 | 330B$ | 🇷🇺 Rusia | Rosneft | 76 | 96B$ |
🇧🇷 Brasil | Petrobras | 120 | 77B$ |
🇮🇳 India | Indian Oil Corporation (IOCL) | 151 | 69B$ |
🇲🇾 Malasia | Petronas | 186 | 58B$ | 🇮🇷 Irán | National Iranian Oil Company (NIOC) | Sin cotización | 19B$* |
🇻🇪 Venezuela | Petróleos de Venezuela (PDVSA) | Sin cotización | 23B$ (2018) |
*Valor de las exportaciones de petróleo iraní en 2019. Fuente: Fortune, Statista, OPEP
China alberga las dos mayores empresas de esta lista, Sinopec Group y China National Petroleum Corporation (CNPC). Ambas se dedican a operaciones petroleras upstream y downstream, donde upstream se refiere a la exploración y extracción, y downstream al refinado y distribución.
Cabe destacar que muchas de estas empresas cotizan en mercados de valores públicos -Sinopec, por ejemplo, cotiza en las bolsas de Shanghai, Hong Kong, Nueva York y Londres-. La salida a bolsa puede ser una estrategia eficaz para estas empresas, ya que les permite obtener capital para nuevos proyectos, al tiempo que garantiza que sus gobiernos mantengan el control. En el caso de Sinopec, el 68% de las acciones están en manos del gobierno chino.
Saudi Aramco ha sido la última petrolera nacional en seguir esta estrategia, colocando el 1,5% de su negocio en una oferta pública inicial (OPI) en 2019. A unos 8,53 dólares por acción, la OPV de Aramco recaudó 25.600 millones de dólares, lo que la convierte en una de las mayores OPV del mundo de la historia.
Tensiones geopolíticas
Debido a que las petroleras estatales están directamente vinculadas a sus gobiernos, a veces pueden quedar atrapadas en el punto de mira de los conflictos geopolíticos.
La cuestionada presidencia de Nicolás Maduro, por ejemplo, ha provocado que Estados Unidos imponga sanciones contra el gobierno, el banco central y la compañía petrolera nacional de Venezuela, Petróleos de Venezuela (PDVSA). La presión de estas sanciones está resultando especialmente perjudicial, ya que la producción diaria de PDVSA está en declive desde 2016.
En un país para el que el petróleo supone el 95% de las exportaciones, las perspectivas económicas de Venezuela son cada vez más nefastas. La gota que colmó el vaso se produjo en agosto de 2020, cuando la última plataforma petrolera que quedaba en el país suspendió sus operaciones.
Otras compañías petroleras nacionales en el extremo receptor de las sanciones estadounidenses son la rusa Rosneft y la iraní National Iranian Oil Company (NIOC). Rosneft fue sancionada por Estados Unidos en 2020 por facilitar las exportaciones de petróleo de Venezuela, mientras que NIOC estaba en el punto de mira por proporcionar apoyo financiero al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, una entidad designada como organización terrorista extranjera.
Presiones climáticas
Al igual que el resto de la industria de los combustibles fósiles, las petroleras estatales están muy expuestas a los efectos del cambio climático. Esto sugiere que, a medida que pase el tiempo, muchos gobiernos tendrán que encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente.
Brasil ya se ha encontrado en este dilema, ya que el presidente del país, Jair Bolsonaro, ha suscitado críticas por su postura despectiva ante el cambio climático. En junio de 2020, un grupo de empresas de inversión europeas que representan 2 billones de dólares en activos amenazaron con desprenderse de Brasil si no hacía más para proteger la selva amazónica.
Este tipo de ultimátum puede ser una solución eficaz para impulsar la acción climática. En diciembre de 2020, la compañía petrolera nacional de Brasil, Petrobras, se comprometió a reducir en un 25% las emisiones de carbono para 2030. Sin embargo, cuando se le preguntó sobre los compromisos más adelante, el director general de la empresa se mostró menos entusiasta.
Es como una moda, hacer promesas para 2050. Es como un año mágico. A este lado del Atlántico tenemos una visión diferente del cambio climático.
– Roberto Castello Branco, consejero delegado de Petrobras
Con su promesa para 2030, Petrobras se une a una creciente colección de compañías petroleras estatales que han hecho públicos sus compromisos climáticos. Otro ejemplo es el de Petronas, de Malasia, que en noviembre de 2020 anunció su intención de lograr cero emisiones netas de carbono para 2050. Petronas es propiedad al cien por cien del gobierno malayo y es la única entrada del país en la lista Fortune Global 500.
Los desafíos que se avecinan
Entre los conflictos geopolíticos, las preocupaciones medioambientales y las fluctuaciones de los precios, es probable que las compañías petroleras estatales se enfrenten a un entorno mucho más duro en las próximas décadas.
Para Petronas, el cumplimiento de sus compromisos climáticos para 2050 requerirá una importante inversión en formas de energía más limpias. La empresa ha participado en numerosos proyectos de energía solar en toda Asia y ha manifestado su interés por los combustibles de hidrógeno.
En otros lugares, las compañías petroleras nacionales de China se enfrentan a una amenaza más a corto plazo. En cumplimiento de una orden ejecutiva emitida por la Administración Trump en noviembre de 2020, la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) anunció que eliminaría de la lista a tres de las empresas estatales de telecomunicaciones de China. Los analistas creen que empresas petroleras como Sinopec podrían ser las siguientes en ser excluidas de la lista, debido a sus vínculos con el ejército chino.