H. Infección por H. Pylori: Principales síntomas y opciones de tratamiento

El H. pylori, o Helicobacter pylori, es una bacteria que puede alojarse en el estómago o en el intestino y puede causar daños en el revestimiento protector, estimulando la inflamación y posiblemente causando síntomas como dolor abdominal y sensación de ardor, aumentando el riesgo de desarrollar úlceras y cáncer.

Esta bacteria suele identificarse en una endoscopia, a través de una biopsia o una prueba de ureasa, que son los métodos más habituales para su detección.

También se recomienda el uso de omeprazol, claritromicina y amoxicilina, según lo prescrito por el médico de cabecera o el gastroenterólogo. También es muy importante seguir una dieta basada en verduras y carnes blancas para ayudar a aliviar los síntomas de la gastritis. También se deben evitar las salsas, los condimentos y los alimentos industrializados.

Cómo identificar y diagnosticar

Es muy común tener una infección causada por esta bacteria sin la presencia de síntomas. Sin embargo, puede destruir el revestimiento natural que protege las paredes internas del estómago y del intestino, que se ven afectadas por el ácido gástrico, además de aumentar la inflamación de los tejidos de esta zona. Esto provoca síntomas como:

  • Dolor o sensación de ardor en el estómago;
  • Falta de apetito;
  • Náuseas;
  • Vómitos;
  • Hormigas con sangre y anemia, como consecuencia de la erosión de las paredes del estómago.
    • El diagnóstico de la presencia de H. pylori se suele realizar a través de una biopsia, con la recogida de tejido del estómago o del duodeno, con la que se pueden realizar pruebas de detección bacteriana como la prueba de la ureasa, el cultivo o la evaluación del tejido.

      Otras pruebas posibles son el test de aliento de urea, la prueba de serología sanguínea o la prueba de detección fecal.

      Cómo se transmite

      La infección por la bacteria H. pylori es muy común; hay evidencias de que puede contagiarse a través de la saliva o el contacto oral con agua y alimentos que han estado en contacto con heces contaminadas, pero su transmisión aún no está del todo aclarada.

      Así que, para prevenir esta infección, es muy importante seguir unas cuidadosas prácticas de higiene, como lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, y evitar compartir cubiertos y vasos con otras personas.

      Cómo tratar la infección

      Es muy común tener la bacteria H. pylori sin síntomas y suele detectarse en una prueba rutinaria. Sin embargo, el tratamiento sólo está indicado en presencia de algunas situaciones, como:

      • Úlcera péptica;
      • Gastritis;
      • Carcinoma intestinal, o linfoma gástrico;
      • Síntomas, como malestar, ardor o dolor de estómago;
      • Antecedentes familiares de cáncer gástrico.
        • Esto se debe a que el uso innecesario de antibióticos aumenta las posibilidades de resistencia de las bacterias y provoca efectos secundarios.

          Medicación para tratar el H. pylori

          La medicación más recetada para curar el H. pylori es la combinación de medicamentos para proteger el revestimiento del estómago, como omeprazol 20mg, Ianzoprazol 30mg, pantoprazol 40mg, o rabeprazol 20mg, con antibióticos, normalmente claritromicina 500mg, amoxicilina 1000mg, o metronidazol 500mg, que pueden utilizarse por separado o como píldora combinada, como Pyloripac.

          Este tratamiento debe realizarse durante un periodo de 7 a 14 días, dos veces al día, o según la orientación médica, y debe seguirse estrictamente para evitar el desarrollo de bacterias resistentes al fármaco.

          Otras opciones de antibióticos que pueden utilizarse en casos de infecciones resistentes al tratamiento son el subsalicilato de bismuto, la tetraciclina, el tinidazol o la levofloxacina.

          Tratamiento casero

          Existen alternativas caseras que pueden complementar el tratamiento farmacológico ya que ayudan a controlar los síntomas estomacales y a controlar la propagación de las bacterias, pero no sustituyen al tratamiento médico.

          El consumo de alimentos ricos en zinc como las ostras, las carnes, el germen de trigo y los cereales integrales, por ejemplo, además de fortalecer el sistema inmunológico, facilitan la curación de las úlceras y disminuyen la inflamación del estómago.

          Los alimentos que pueden ayudar a eliminar las bacterias del estómago son el yogur natural, porque es rico en probióticos, o el tomillo y el jengibre, porque tienen propiedades antibacterianas que también pueden ser una gran forma de ayudar al tratamiento.

          También hay alimentos que pueden ayudar a controlar la acidez y disminuir las molestias causadas por la gastritis, como los plátanos y las patatas.

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