Hernias

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Si eres chico, probablemente ya sabes en qué consiste: El médico se pondrá un guante de látex y de dirá que te des la vuelta y tosas. Probablemente te preguntarás: «¿Por qué me tienen que hacer esto?»

Tu médico estará comprobando si presentas una afección llamada hernia. Hay varios tipos de hernias, y las hernias no afectan solo a los chicos, todo el mundo, desde tu hermanita de pocos meses hasta tu abuelo, las puede desarrollar. Pero aprender a prevenir las hernias no es tan difícil.

¿Que son las hernias?

Una hernia es una abertura o una debilidad en la pared de un músculo, tejido o membrana que generalmente mantiene un órgano en su sitio. Si la abertura o la debilidad es lo bastante grande, una parte del órgano se puede colar a través de ella. Imagínate la cámara de una rueda saliendo por un agujero en una rueda vieja; así son las hernias.

Las hernias ocurren más a menudo en ciertas partes del cuerpo, como el abdomen, la ingle, la zona superior del muslo y el área umbilical. También pueden ocurrir en cualquier lugar donde te hayan hecho una incisión para operarte.

¿Cómo desarrolla hernias la gente?

Una hernia puede tardar mucho tiempo en desarrollarse o bien hacerlo de forma repentina. Las hernias están provocadas por una combinación de debilidad muscular y esfuerzo, aunque la causa de la debilidad y el tipo de esfuerzo pueden variar.

De hecho, las hernias son más frecuentes en los bebés y en los niños pequeños. Y la mayoría de los adolescentes a quienes les diagnostican una hernia, han tenido, en realidad, una debilidad en los músculos u otros tejidos abdominales desde el nacimiento (anomalía congénita). En estos casos, el esfuerzo muscular no provoca la hernia; solo la hace más perceptible (¡y más dolorosa!).

He aquí cinco factores que pueden forzar el cuerpo y favorecer la formación de hernias:

  • obesidad o ganancia de peso brusca
  • levantar objetos pesados
  • diarrea o estreñimiento
  • tos persistente o estornudar
  • embarazo

Estos factores no provocarían una hernia por sí mismos. Pero, cuando se suman a la debilidad muscular, es más probable que se forme una hernia.

Muchas hernias se detectan en un examen físico ordinario. Si eres un chico, es posible que ya te hayan hecho un examen físico en el que el médico te examinó los testículos y comprobó si tenías una hernia en esa parte del cuerpo. Colocándote un dedo en la parte alta del escroto y pidiéndote que tosas, el médico puede saber si tiene una hernia.

Es bueno que las chicas también sepan qué es una hernia, porque también la pueden tener, sobre todo cuando están embarazadas o cuando están obesas. Un médico puede detectar posibles hernias en una chica presionando suavemente sus órganos o detectando sus posibles signos durante una exploración.

Tipos de hernias

Hernias inguinales

Las hernias inguinales tienden a afectar más a los chicos que a las chicas. Más del 70% de todas las hernias que ocurren son hernias inguinales, donde una parte de los intestinos se cuela por una abertura en la parte inferior del abdomen, cerca de la ingle, llamada «canal inguinal».

En los chicos, el canal inguinal es un conducto que hay entre el abdomen y el escroto por donde pasa el cordón espermático (los testículos cuelgan desde este cordón). En las chicas el canal inguinal es un conducto por donde pasa un ligamento que sostiene el útero en su sitio. Casi todos los casos de hernia inguinal en los adolescentes se deben a una anomalía congénita en el canal inguinal. En vez de estar cerrado por completo, en el canal hay un espacio por donde se cuelan los intestinos.

Si tienes una hernia inguinal, tal vez puedas ver un bultito en el lugar donde se te une el muslo con la ingle. En los chicos, el trozo de intestino que sobresale puede entrar en el escroto, lo que puede provocar inflamación y dolor. Otros síntomas de una hernia inguinal son el dolor al toser, al levantar algo pesado o al agacharse. Este tipo de hernias solo se pueden corregir operándolas; de hecho, esta operación es la que se hace con más frecuencia en niños y adolescentes.

Hernias umbilicales

Las hernias umbilicales son frecuentes en recién nacidos y en lactantes de menos de 6 meses de edad. Ocurren cuando parte de los intestinos se cuelan por la pared abdominal próxima al ombligo. Cuando un bebé tiene una hernia umbilical, sus padres le pueden ver un bultito alrededor del ombligo cuando llora.

A diferencia de otros tipos de hernias, las hernias umbilicales se pueden curar por sí solas, generalmente cuando el bebé tiene aproximadamente un año de edad. De no se curarse solas, se pueden corregir operándolas.

Hernias epigástricas

En las hernias epigástricas, que también se llaman hernias ventrales, parte de los intestinos se cuelan a través de los músculos abdominales ubicados entre el ombligo y el pecho.

Los chicos son quienes más se tienen que preocupar por este tipo de hernias, ya que aproximadamente el 75% de las hernias epigástricas ocurren en el género masculino. La gente con este tipo de hernia puede notar un bulto. La cirugía es la forma más frecuente de corregir este problema.

Hernias incisionales

Si te han operado en el área abdominal, es posible que experimentes este tipo de hernia. En las hernias incisionales, parte de los intestinos se cuelan a través del abdomen en el área de la incisión (o corte de la operación). En estos casos, la operación habrá debilitado el músculo abdominal. Y su corrección requerirá otro tipo de operación.

Hernias de hiato

Este tipo de hernias ocurren en la abertura del diafragma, donde el esófago (el tubito por donde baja la comida) se une al estómago. Si el músculo que hay alrededor de la abertura del diafragma se debilita, la parte superior del estómago se puede colar a través del diafragma.

Las hernias de hiato son bastante frecuentes, aunque las de tamaño reducido no suelen causar ningún síntoma. A diferencia de otros tipos de hernias, no verás ni notarás un bultito en el cuerpo, pero es posible que notes acidez, indigestión y dolor de pecho. Las hernias de hiato se pueden tratar con medicación y cambios en la dieta, pero hay algunas que se deben operar.

¿Qué hacen los médicos?

Si notas un bultito o una inflamación en la ingle, el abdomen, el escroto o el muslo, deberías hablar con tu médico. A veces, las hernias también provocan un dolor agudo o sordo, que puede empeorar cuando estás de pie.

En la mayoría de las hernias (inguinales, umbilicales, epigástricas e incisionales), tu médico podrá ver y palpar el bultito y diagnosticarte una hernia.

Exceptuando las hernias umbilicales de los lactantes, las hernias no se corrigen solas: se tiene que ir al médico y recibir tratamiento. Con el paso del tiempo, las hernias pueden aumentar de tamaño y doler más y, en algunos casos de hernia de hiato, un trozo de intestino puede quedar atrapado, lo que se conoce como hernia encarcelada o incarcerada. En una verdadera emergencia quirúrgica, la irrigación sanguínea puede no llegar a la parte incarcerada del intestino, lo que se conoce como hernia estrangulada. Se trata de una circunstancia dolorosa y peligrosa porque puede causar una infección y puede hacer que muera el tejido estrangulado, por lo que es muy importante llamar al médico.

Si te han operado una hernia y notas se te pone roja y te molesta la zona de la incisión (donde te hicieron el corte al operarte), asegúrate de informar a tu médico. Podría ser el signo de una infección que requiere tratamiento.

¿Se pueden prevenir?

He aquí unos pocos consejos para impedir que te fastidien las hernias:

  • Mantente en un peso saludable teniendo en cuenta tu estatura y tu estructura corporal. Habla con tu médico o con un dietista sobre un programa saludable de alimentación y de ejercicio físico si crees que tienes sobrepeso u obesidad.
  • Haz de la fruta, la verdura y los cereales integrales una parte «regular» de tu dieta. No solo son buenas para tu salud, sino que también contienen mucha fibra, que sirve para evitar el estreñimiento y los esfuerzos al defecar.
  • Ten cuidado al hacer pesas y al levantar objetos pesados. Asegúrate de hacer pesas con seguridad, no levantando nunca nada que sea demasiado pesado. Si tienes que levantar algo que sea pesado, hazlo siempre doblando las rodillas, no la cintura ni la espalda, o no lo levantes si pesa demasiado.
  • Vé al médico cuando te encuentres mal. Si tienes tos persistente porque estás acatarrado o estornudas mucho debido a una alergia, visita a tu médico para que te dé medicación para la tos o para la alergia.
  • Deja de fumar. Fumar puede provocar tos persistente, lo que puede forzar tus músculos abdominales. ¡El riesgo de desarrollar hernias solo es una razón más para abandonar un hábito tan nocivo!
Revisado por: T. Ernesto Figueroa, MD
Fecha de revisión: septiembre de 2016

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