Infarto femenino, ¿en qué se diferencia?

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Los síntomas del infarto agudo de miocardio y la percepción de estos se presentan de diferente modo dependiendo del sexo de la persona que lo sufra. Pero además, existen otras diferencias significativas entre hombres y mujeres relacionadas con el infarto.

El infarto agudo de miocardio se debe a la falta de riego sanguíneo de una zona del músculo cardíaco (miocardio) producida por la obstrucción de una de las arterias coronarias. La falta de riego sanguíneo causa angina de pecho y, si no se abre precozmente la arteria, provoca la muerte (necrosis) del tejido cardiaco. Eso es el infarto. Sus síntomas clásicos incluyen dolor opresivo en el centro del pecho o en la zona epigástrica (estómago), que puede irradiarse a brazo izquierdo, ambos brazos, cuello, mandíbula y/o espalda; sudoración, nauseas y dificultad respiratoria. Sin embargo, hay diferencias substanciales entre hombres y mujeres en relación a la percepción y la descripción de los síntomas.

Las mujeres presentan síntomas muy variados que hacen más difícil el diagnóstico de infarto en ellas. Los síntomas más comunes son la fatiga inusual, la dificultad respiratoria, el sudor frío o el dolor epigástrico. Los días previos pueden sufrir insomnio, ansiedad o debilidad. Por otro lado, el dolor torácico típico en mujeres es menos específico y en un porcentaje mayor se objetiva enfermedad coronaria no obstructiva.

Los principales factores que predisponen a un infarto son la edad, el colesterol, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, el tabaquismo y la obesidad. El tabaco es la principal causa evitable de enfermedad coronaria. En el caso de las mujeres, el riesgo aumenta mucho si se combina el tabaco y la toma de anticonceptivos orales. El sobrepeso y la falta de actividad física son también factores de riesgo muy prevalentes en mujeres.

Antes de la menopausia, las mujeres están parcialmente protegidas por los estrógenos fisiológicos. Tras la menopausia los niveles de colesterol y la tensión arterial tienden a alterarse y el riesgo de enfermedad coronaria aumenta. Sin embargo, la terapia hormonal sustitutoria no se ha demostrado que sea cardioprotectora. Una vida activa y una dieta sana y equilibrada que ayude a prevenir la aparición de diabetes, sobrepeso e hipertensión arterial, así como exámenes regulares de la tensión y el colesterol son básicos para evitarlo.

El pronóstico de un infarto de miocardio es peor en mujeres que en hombres. Un porcentaje mayor fallece antes de llegar a un hospital (52% frente al 42% en los hombres) y el pronóstico es también peor tras la hospitalización. Varios factores pueden explicar este peor pronóstico. Las mujeres tienden a presentar enfermedad coronaria aproximadamente 10 años más tarde que los hombres, por lo que suelen tener mayores comorbilidades (enfermedad renal, osteoarticular, anemia…). Además, las mujeres suelen consultar con mayor retraso, tardan más en ser diagnosticadas al presentar síntomas atípicos y, según las investigaciones realizadas, reciben tratamientos menos agresivos que los hombres. Por otro lado, durante la hospitalización, las mujeres tienden a presentar mayores complicaciones como insuficiencia cardíaca, ictus o necesidad de transfusiones.

En resumen, ante síntomas sugestivos de infarto de miocardio es vital buscar atención médica sin demora para poder ser diagnosticada y tratada rápidamente y así evitar o limitar el daño del corazón.

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