James Cagney, en su totalidad James Francis Cagney, Jr. (nacido el 17 de julio de 1899, Nueva York, Nueva York, EE.UU.-fallecido el 30 de marzo de 1986, Stanfordville, Nueva York), actor estadounidense que destacó por su versatilidad en musicales, comedias y dramas policíacos. Fue una de las principales estrellas de cine desde los años 30 hasta los 50, conocido por sus maneras alegres y su energía explosiva. Cagney destacaba interpretando a tipos duros, pero era igualmente hábil en la comedia y como hombre que cantaba y bailaba.
Cagney, hijo de un camarero irlandés, creció en el duro Lower East Side de Nueva York. Hizo giras en el vodevil como cantante y bailarín con su esposa, Frances, en la década de 1920 y obtuvo su primer gran éxito junto a Joan Blondell en el musical de Broadway Penny Arcade (1929). Debutó en el cine en la adaptación cinematográfica de la obra, titulada Sinners’ Holiday (1930), y su buena acogida le valió un contrato con los estudios Warner Bros. Tras aceptar algunos papeles secundarios, Cagney se convirtió en una estrella con su escalofriante interpretación del gángster Tom Powers en El enemigo público (1931), de William Wellman. A partir de entonces, se le encasilló en el papel de un «tipo duro» explosivo y despreciativo en varias películas, como Taxi (1931) y Lady Killer (1933), pero ocasionalmente trabajó en musicales -demostró una considerable habilidad como bailarín en Footlight Parade (1933)- e incluso tuvo un papel shakespeariano, como Bottom en A Midsummer Night’s Dream (1935). Estuvo en el lado correcto de la ley en la popular Hombres G (1935), mientras que películas como Ángeles con caras sucias (1938; nominación al Oscar al mejor actor), Cada mañana muero (1939) y Los locos años veinte (1939) presentaron a Cagney en estudios cada vez más complejos de patología criminal. El repertorio de Cagney durante este periodo también incluía westerns (The Oklahoma Kid, 1939), comedias (The Bride Came C.O.D., 1941), y melodramas (The Strawberry Blonde, 1941).
Edward G. Robinson y James Cagney en Smart Money
Edward G. Robinson (izquierda) y James Cagney en Smart Money (1931), dirigida por Alfred E. Green.
La singularidad de Cagney como actor radicaba en su capacidad para transmitir los extremos emocionales de una manera tan amplia como natural. Desprendía una tremenda energía que hacía que cualquier personaje fuera más grande que la vida, pero su comprensión innata de las sutilezas del guión garantizaba que sus interpretaciones fueran multidimensionales y creíbles. Aunque evitaba un enfoque interno del «método» de actuación, su perenne y pugnaz personaje en la pantalla era una extensión natural de su carácter en la vida real, formado en parte durante su juventud pugilística entre las bandas callejeras irlandesas. La filosofía de actuación de Cagney, revelada en su autobiografía, Cagney by Cagney (1975), era simple, directa y sagaz: «Plántate, mira al otro a los ojos y di la verdad.»