:La glándula pineal de los mamíferos funciona como una interfase neuroendocrina, transformando los cambios de luz ambiental en un mensaje hormonal: la síntesis y liberación nocturna de melatonina. La noradrenalina, liberada desde las terminaciones nerviosas simpáticas procedentes del ganglio cervical superior, interactúa con los receptores β- y α1-noradrenérgicos situados en la membrana del pinealocito, iniciando una serie de acontecimientos que culminan en la síntesis de melatonina. La estimulación del receptor β activa la adenilato ciclasa, produciendo un rápido incremento en los valores intracelulares de adenosín monofosfato complementario (AMPc), la activación de una proteína cinasa dependiente de AMPc y la fosforilación del factor de transcripción CREB. La interacción del CREB fosforilado con las secuencias específicas en el ADN induce la expresión de la serotonina N-acetil transferasa (SNAT), enzima que cataliza el paso limitante en la síntesis de melatonina. El CREB fosforilado también activa la expresión de una proteína represora que bloquea la transcripción de la SNAT. El receptor α1 potencia la respuesta β- noradrenérgica activando una proteína cinasa dependiente de Ca+2 y de la hidrólisis de fosfatidilinositol. Además del control nervioso, se ha demostrado que la biosíntesis de melatonina se ve afectada por las oscilaciones de los valores circulantes de esteroides gonadales. En células pineales, las hormonas sexuales regulan directamente la respuesta a la estimulación adrenérgica y, de forma recíproca, la noradrenalina regula la cinética del receptor de estrógenos. En otras áreas del sistema nervioso se han descrito interacciones similares entre hormonas y neurotransmisores, lo que podría representar un mecanismo básico en los procesos de integración neuroendocrina a escala celular. La glándula pineal constituye un modelo extremadamente útil para la disección de los componentes de tales mecanismos.