Si alguna vez has buscado en Google a la nueva pareja de un ex (sé sincero) probablemente hayas jugado a cierto juego contigo mismo. O bien sólo tienes curiosidad -lo cual es saludable por tu parte- o bien quieres saber cómo te comparas. Lo ideal es que la vida del ex no haya mejorado demasiado sin ti. En este caso, sin embargo, todo eso se desbarata. Cómo te comparas con Lady Gaga?
En lugar de pensar «¿Por qué no yo?» cuando las veo juntas, pienso «Esa era yo». Me tira para abajo la ilusión de la celebridad.
Al principio eso me confundía. Cuando un amigo me llamó a mi escritorio esa mañana para discutir, mi voz realmente tembló. (¿Quién quiere volver a hablar de una vieja relación en el trabajo el día después de la Super Bowl?). Así que me di hasta el mediodía. Y entonces volví a pensar.
Lady Gaga es increíble. Compararte con ella es increíblemente motivador, y te recomiendo que lo intentes, independientemente de la relación que tengas con quien sale con ella.
Al menos, eso es lo que hice yo.
Por ejemplo: Ese fin de semana me iba a poner un vestido negro que había conseguido en rebajas hace años para ir a un evento, probablemente por vigésimo séptima vez. Pero Lady Gaga nunca haría algo así. Nunca he tenido nada que cueste más que la compra de una semana, mientras que ella es una mujer que lleva trozos de carne cruda en la alfombra roja. Fui a una bonita tienda en la que nunca había entrado y me probé algo. El dependiente me preguntó cuál era el motivo. Me enteré por Facebook de que mi ex novio salía con Lady Gaga, le dije, y me miró de arriba abajo. «Huh», dijo. «¿En serio?»
Sí.
El vestido era demasiado caro, pero lo compré igualmente. ¿Por qué iba a aceptar menos que Lady Gaga?
Fui a una cafetería. ¿Quería uno grande? Sí. Para el evento: ¿Quería que me maquillaran? Nunca lo había hecho, pero sí. Y sí, también las pestañas. Cuando me enviaron los elogios por correo electrónico, ¿se los reenvié a mi jefe? Sí. ¿Accedí a hacer la presentación del trabajo que me angustiaba? Sí. Sí, sí, sí.