Se suele recomendar a las personas con diabetes de tipo 2 que pierdan peso, ya que esto puede ayudar a que su nivel de azúcar en sangre vuelva a ser normal. Pero pocos estudios han analizado realmente cómo la pérdida de peso afecta a la salud de estos pacientes a largo plazo, incluyendo su riesgo de enfermedad cardíaca (la complicación más común de la diabetes y la principal causa de muerte) y el riesgo de muerte prematura. Esto es lo que pretendía investigar nuestro último estudio.
Nuestros resultados mostraron que una gran pérdida de peso (más del 10% del peso corporal) durante el periodo de cinco años posterior al diagnóstico de diabetes tipo 2 se asoció con un riesgo dos veces mayor de muerte prematura por cualquier causa. El riesgo de muerte tras la pérdida de peso fue mayor entre los participantes que no tenían obesidad en el momento en que se les diagnosticó, lo que sugiere que la obesidad podría ser un factor particular en el modo en que los pacientes se ven afectados por la pérdida de peso.
En nuestro estudio participaron 2.730 adultos con un nuevo diagnóstico de diabetes tipo 2 del Reino Unido, Dinamarca y los Países Bajos. Sus edades oscilaban entre los 40 y los 69 años, y el 42% eran mujeres. Nuestro objetivo era entender si la pérdida de peso después de un diagnóstico de diabetes estaba asociada con el riesgo de enfermedad cardíaca y mortalidad, y si la pérdida de peso a corto y largo plazo tenía efectos diferentes.
Primero medimos el peso de los participantes en el momento de su diagnóstico de diabetes, y luego de nuevo un año y cinco años después. A continuación, durante los cinco años siguientes, realizamos un seguimiento de la información sobre los diagnósticos de enfermedades cardíacas y las muertes de los participantes a partir de los registros hospitalarios y los registros nacionales.
Los pacientes que ganaron peso en el año posterior al diagnóstico tenían tres veces más probabilidades de morir al final del estudio de 10 años que los que mantuvieron su peso. Perder peso y luego recuperarlo también se asoció con el doble de riesgo de muerte.
Durante el período de cinco años, la pérdida de peso constante y moderada no mostró ningún efecto sobre la enfermedad cardíaca o la mortalidad. Y una gran pérdida de peso no condujo a un mayor riesgo de muerte entre las personas que tenían obesidad. Pero los que no tenían obesidad y perdieron más del 10% de su peso corporal tuvieron más del triple de riesgo de muerte que alguien que mantuvo su peso.
No encontramos ninguna asociación entre los cambios de peso y el riesgo de enfermedad cardíaca a lo largo de ninguno de los períodos de tiempo estudiados.
Nuestro estudio es uno de los primeros en demostrar que la pérdida de peso puede tener efectos diferentes en distintos pacientes con diabetes, según su índice de masa corporal (IMC).
Otros estudios han demostrado que una gran pérdida de peso entre las personas con diabetes puede aumentar el riesgo de muerte. Sin embargo, estos resultados se atribuyeron a menudo a la pérdida de peso no intencionada, o a la pérdida de peso debida al malestar.
Los participantes en nuestro estudio recibieron un folleto informativo sobre una dieta saludable y hábitos de ejercicio, pero no recibieron ningún apoyo especializado para perder peso. Aunque las personas con un diagnóstico reciente de diabetes de tipo 2 suelen estar motivadas para realizar cambios saludables en su estilo de vida, es posible que la pérdida de peso observada en los participantes de nuestro estudio fuera involuntaria.
Sin embargo, utilizamos información sobre la edad y la salud autocalificada de los participantes para ver si estos factores podrían haber afectado a los resultados de nuestro estudio. No observamos ninguna evidencia de sesgo por la pérdida de peso no intencionada debido a la edad avanzada o a la mala salud, por lo que no creemos que la pérdida de peso no intencionada explique por completo nuestros resultados.
¿Por qué es un riesgo la pérdida de peso?
Se desconoce por qué la pérdida de peso aumentaría el riesgo de muerte. Es posible que otros factores, además del IMC, sean importantes, como la gravedad de la diabetes o tener otras enfermedades crónicas como el cáncer, ya que todos ellos afectan al riesgo de muerte de una persona. También se comprobó si la edad era importante en el modo en que la pérdida de peso afectaba a la mortalidad, aunque no hubo diferencias en el efecto de la pérdida de peso sobre la mortalidad en personas más jóvenes o mayores.
El comportamiento de una persona en relación con la dieta y el ejercicio, y si tiene otras enfermedades, también puede afectar a su riesgo de mortalidad. Una dieta equilibrada y el ejercicio regular reducen los factores de riesgo cardiovascular de una persona, como la presión arterial y el colesterol. Pero este estudio no pudo explorar estos otros factores. Para averiguar qué pacientes podrían beneficiarse de la pérdida de peso y cuáles podrían verse perjudicados, más investigaciones deberían considerar estos otros factores además del IMC.
Aunque los pacientes con diabetes tipo 2 reciben un tratamiento médico personalizado en función de factores como sus niveles de azúcar en sangre, si tienen otras enfermedades y qué medicamentos toman, los consejos para perder peso no siguen, por desgracia, un enfoque similar. En cambio, a los pacientes con sobrepeso se les suele aconsejar que reduzcan su consumo de calorías o que hagan más ejercicio, siguiendo las directrices internacionales.
En base a los resultados de nuestro estudio, es posible que aconsejar la pérdida de peso a todas las personas con diabetes tipo 2 no sea el mejor enfoque. En su lugar, los consejos sobre la pérdida de peso para las personas con diabetes tipo 2 también deberían adaptarse, para reflejar que la pérdida de peso puede afectar a los pacientes de forma diferente.