Lo que hay que saber sobre la insulina y el aumento de peso

Las personas que toman insulina para controlar sus niveles de glucosa pueden experimentar un aumento de peso. Sin embargo, no deben dejar de administrarse la insulina ni saltarse las dosis, ya que esto puede causar complicaciones a largo plazo.

Las formas eficaces de evitar el aumento de peso relacionado con la insulina incluyen:

Controlar las calorías

Las personas que tienen diabetes suelen centrarse en controlar su consumo de carbohidratos. Sin embargo, es igual de importante hacer un seguimiento del consumo total de calorías.

Consumir demasiadas calorías puede provocar un exceso de niveles de glucosa en sangre y un mayor almacenamiento de grasa. Esto puede ser especialmente cierto mientras se toma insulina.

Medir las porciones y llevar un registro de alimentos puede evitar que una persona coma más calorías de las que su cuerpo necesita. Con el tiempo, las personas aprenden qué tamaños de porciones les funcionan mejor y ya no necesitan medir y registrar su ingesta de alimentos.

Ejercitarse regularmente

El ejercicio regular mantiene el cuerpo sano y fuerte. También ayuda a quemar calorías, regula los niveles de glucosa en sangre y favorece la pérdida de grasa.

La OMS recomienda que los adultos de entre 18 y 64 años se propongan realizar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana.

Los resultados de una reciente revisión sugieren que los programas de ejercicio estructurado podrían ofrecer beneficios significativos para las personas que tienen resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

Trabajar con un equipo sanitario

Los proveedores de atención sanitaria pueden compartir valiosos recursos con las personas que luchan por mantener un peso corporal saludable.

Las directrices de 2019 de la Asociación Americana de la Diabetes afirman que «no existe un patrón de alimentación único para las personas con diabetes, y la planificación de las comidas debe ser individualizada»

Los dietistas registrados (DR) pueden aconsejar a las personas sobre qué alimentos deben comer y evitar en función de su estado de salud actual y sus objetivos. Los DR pueden incluso elaborar planes de comidas personalizados.

Los proveedores de atención sanitaria también pueden recomendar formas para que las personas mejoren su salud al tiempo que reducen el riesgo de desarrollar enfermedades, como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

Pueden analizar los niveles de glucosa e insulina de las personas, así como sus perfiles lipídicos. Estas pruebas pueden dar a las personas una idea de su estado de salud general. Las personas pueden utilizar esta información para seguir su progreso hacia la consecución de sus objetivos de salud.

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