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Por el Dr. Bret Lashner
Solo pensar en un trasplante fecal -de trasplantar materia fecal de una persona a otra- puede hacer que mucha gente piense «ick». Es una idea incómoda.
Pero considere que un trasplante de microbiota fecal puede ayudar a las personas con una flora intestinal obstinada y poco saludable. Se trata de personas que luchan contra infecciones recurrentes de Clostridium difficile con diarrea y dolor abdominal de larga duración. No pueden ir al trabajo o a la escuela o realmente funcionar tan bien debido a lo enfermos que están.
Estos pacientes han probado antibióticos a largo plazo, o en algunos casos, probióticos. Pero ninguno de ellos funciona muy bien con las infecciones persistentes de C. difficile. Sí, los antibióticos eliminan las infecciones temporalmente, pero estos pacientes a menudo experimentan ciclos recurrentes de antibióticos e infecciones sin ninguna resolución real.
Los antibióticos a menudo despojan al intestino de las bacterias buenas junto con las malas. En estos casos, esto dificulta que el cuerpo mantenga alejada la C. difficile.
Cómo funcionan los trasplantes fecales
Lo que realmente funciona es un trasplante de microbiota fecal. Una de las teorías es que da al receptor un impulso de bacterias saludables para regenerar su propia flora intestinal. Esto fortalece el intestino de la persona frente a futuras infecciones y evita que la C. difficile se afiance continuamente.
Después de meses con antibióticos, es sorprendente ver lo rápido que un trasplante fecal puede ayudar a las personas. Los pacientes tienen una excelente tasa de éxito y los que responden lo hacen en dos semanas. Es una terapia que funciona.
Ahora mismo, los únicos pacientes que son elegibles para estos trasplantes de microbiota fecal son aquellos con infecciones recurrentes por C. difficile. Alrededor del 20% de ellas son recurrentes, y mucha gente acude a mí después de cuatro o cinco fracasos con otros tratamientos.