2020 no fue un buen año. Por desgracia, no hay garantía de que el próximo sea mejor. Aunque la introducción de nuevas vacunas contra el coronavirus ofrece esperanzas para el futuro, la pandemia seguirá haciendo mella en la salud y los medios de vida de los ciudadanos del mundo durante algún tiempo.
No obstante, a medida que se acerca el final del año del calendario gregoriano, es natural querer dar una patada al 2020 y empezar de nuevo en el 2021. Este optimismo bastante infundado sobre el futuro es una parte importante de la tradición cuando se trata del cambio de año civil.
Hacemos propósitos que tenemos pocas posibilidades de cumplir, anotando objetivos que las circunstancias de la vida dejarán rápidamente obsoletos. En Japón, los templos budistas hacen sonar las campanas 108 veces en la víspera de Año Nuevo, lo que representa la limpieza de 108 deseos humanos que causan sufrimiento.
En los años en los que no hay una pandemia mundial que nos obligue a quedarnos en casa, nos ponemos nuestros trajes más brillantes y nos abarrotamos en fiestas multitudinarias para celebrar la ocasión, ignorando el hecho de que toda la experiencia anterior sugiere que el champán estará tibio y la noche será decepcionante.
En resumen, ¡nunca aprendemos! Una mirada a la historia de la Nochevieja sugiere que siempre estaremos dispuestos a despedirnos de las luchas y la tristeza del año pasado, y listos para pasar al menos una noche actuando como si nuestra fortuna estuviera a punto de dar un giro a mejor. La forma en que afrontamos el nuevo año no es en absoluto racional. Eso es algo bonito.
El tiempo es una ilusión, y el año nuevo también
Incluso en tiempos normales, la Nochevieja puede resultar estresante: nos recuerda el paso del tiempo y el hecho indiscutible de que todos nos hacemos mayores. Sin duda, todo esto aboga por hacer planes que te mantengan en un estado de absoluta negación. Los estoicos, sin embargo, pueden consolarse con la filosofía y la física.
Como escribe Sean M. Carroll para Smithsonian Magazine, pensadores desde el antiguo filósofo griego Parménides hasta Albert Einstein y el científico británico contemporáneo Julian Barbour han argumentado que el tiempo es una construcción, y que lo que percibimos como pasado, presente y futuro coexisten. Carroll explica:
«La cuestión es si cada momento posterior nace del momento anterior por el paso del tiempo. Piensa en una película, en la época en que la mayoría de las películas se proyectaban a partir de bobinas reales. Se podía ver la película, ver lo que ocurría y hablar con sensatez de lo que duraba. Pero también podías colarte en la sala de proyección, reunir las bobinas de la película y verlas todas a la vez. La perspectiva antitemporal dice que la mejor manera de pensar en el universo es, igualmente, como una colección de fotogramas.»
Confortante, ¿no? Si no existe el paso del tiempo, entonces no hay que preocuparse por lo que nos deparará el próximo año. O, en la era de Covid-19, de cuándo durante el próximo año podremos por fin volver a ver a nuestros amigos y familiares en persona.
La filosofía también proporciona la excusa perfecta para decirle a tu familia que te acostarás pronto: Dado que el tiempo es una ilusión, no hay necesidad de quedarse despierto hasta la medianoche.
Tradiciones de Año Nuevo en todo el mundo, aptas para una pandemia
Las grandes noches de fiesta no son una opción durante una pandemia global, pero aquí hay algunas prácticas festivas de todo el mundo que podrías celebrar en casa.
🇲🇽 México: Usa ropa interior roja si quieres encontrar el amor en el nuevo año, amarilla si esperas riqueza. ¿Por qué no ambas cosas?
🇩🇰 Dinamarca: Enviar a los amigos buenos deseos para el nuevo año rompiendo platos y dejando los trozos en sus puertas.
🇪🇨 Ecuador: En una tradición que se dice comenzó durante una epidemia de fiebre amarilla en 1895, la gente crea y quema efigies para desterrar los elementos infelices del año anterior.
🇯🇵 Japón: Comer fideos de soba, una tradición que se remonta al periodo Edo, se considera de buena suerte y se confirma que es delicioso.
🇿🇦 Sudáfrica: Desde la década de 1990, los juerguistas de Johannesburgo arrojan muebles viejos por las ventanas, aunque la policía ha reprimido esta práctica en los últimos años.
🇪🇸 España: Es tradición comer 12 uvas para la buena suerte al filo de la medianoche, una uva por cada mes del nuevo año
🇩🇪 Alemania: La tradición del Bleigiessen consiste en fundir plomo en agua fría y luego interpretar las formas que el metal forma como señales del futuro. Sólo necesitarás un poco de plomo fundido… en realidad, tal vez no intentes esto en casa.
Y no importa en qué parte del mundo te encuentres, brindar con una copa de champán con tus seres queridos es otra tradición de Año Nuevo que se adapta perfectamente a la época de encierro. Los productores de la región francesa de Champagne se lo agradecerán, y en su propia casa, siempre puede asegurarse de que el champán se sirva frío.