Preguntas y respuestas de la Clínica Mayo: La sal marina y la ingesta suficiente de yodo

DEAR MAYO CLINIC: Ya casi no uso sal de mesa cuando cocino. En su lugar, me gusta usar sal marina. Pero me he dado cuenta de que muchas sales marinas no contienen yodo. ¿Necesito sal yodada, o hay fuentes de yodo distintas de la sal que probablemente me aporten todo el yodo que necesito?

Respuesta: Para la mayoría de las personas, la sal yodada es probablemente la forma más fácil de mantener una ingesta suficiente de yodo. El yodo es un nutriente importante que su tiroides necesita para producir ciertas hormonas. No ingerir suficiente yodo en la dieta puede provocar problemas como el agrandamiento de la glándula tiroides (bocio) y un nivel anormalmente bajo de hormonas tiroideas (hipotiroidismo).

El yodo es un oligoelemento presente en la tierra. Distribuido de forma variable por todo el mundo debido a los efectos de la era glacial, el yodo se ha acumulado principalmente en las zonas costeras. Las fuentes alimentarias más comunes de yodo son las algas, el pescado y los productos lácteos. Las zonas del interior tienen menos fuentes naturales de yodo. En EE.UU., las zonas donde la carencia de yodo era común a principios del siglo XX -los Grandes Lagos, los Apalaches y el Noroeste- se conocían como el «cinturón del bocio». Los investigadores de estas zonas animaron a los Estados Unidos a adoptar la yodación de la sal de mesa como una forma barata, pero universal, de proporcionar suplementos de yodo. Aunque la yodación de la sal nunca fue obligatoria, se estima que más del 90% de los hogares estadounidenses tienen hoy acceso a la sal yodada.

Otras fuentes de yodo en la dieta son los huevos, los productos de grano enriquecidos y los alimentos vegetales cultivados en suelos ricos en yodo. La sal marina sin fortificar sólo contiene una pequeña cantidad de yodo.

Aún así, es difícil determinar con precisión la cantidad de sal yodada que contribuye a los niveles de yodo de un individuo. La sal yodada en Estados Unidos contiene 45 microgramos de yodo por gramo de sal. La ingesta diaria recomendada para los adultos es de 150 microgramos, que pueden obtenerse a partir de entre media y tres cuartos de cucharadita de sal de mesa. Las pruebas realizadas en la población general indican que la mayoría de los estadounidenses consumen niveles suficientes de yodo a través de sus dietas. Las mujeres embarazadas y las madres lactantes son los únicos grupos en Estados Unidos a los que se les aconseja tomar un suplemento diario de yodo, normalmente como parte de una vitamina prenatal.

Dependiendo de dónde viva y de la cantidad de marisco que coma, puede que no quiera sustituir toda su sal de mesa por sal marina. Sin embargo, eso no debería impedirle utilizar la sal marina cuando quiera ese sabor particular. Eso sí, ten cuidado con la cantidad, ya que toda la sal tiene un alto contenido en sodio. (adaptado de Mayo Clinic Health Letter) – Katherine Zeratsky, R.D.N., L.D., Endocrinología/Nutrición, Mayo Clinic, Rochester, Minnesota

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