Los problemas de visión en la EM pueden ir desde la neuritis óptica y la visión borrosa hasta la visión doble (diplopía), movimientos oculares involuntarios o espasmódicos (nistagmo) o, en ocasiones, la pérdida total de la vista. La ceguera total, sin embargo, es poco frecuente.
La mayoría de los pacientes con EM experimentan problemas oculares en un momento u otro, y para algunos pueden ser un primer indicio de la enfermedad.
Estos síntomas suelen estar causados por daños en el nervio óptico, que transporta la información entre los ojos y el cerebro, o por una mala coordinación de los músculos oculares, de modo que los ojos no se mueven juntos o se mueven bien juntos.
Neuritis óptica, una visión borrosa o grisácea o un punto ciego en un ojo, es el resultado de una inflamación en el nervio óptico o por daños en la mielina (desmielinización) a lo largo del nervio. El dolor y la pérdida parcial de la visión en un ojo son comunes (rara vez se ven afectados ambos ojos), y la mayoría de las personas generalmente se recuperan de un ataque.
La visión doble y los movimientos oculares involuntarios (horizontales o verticales) se deben a lesiones en las vías nerviosas que controlan el movimiento de los ojos. Los ojos pueden estar desalineados o sujetos a movimientos bruscos e incontrolados.
La visión doble, o diplopía, es el resultado de que los ojos no se mueven juntos como deberían, y puede hacer que una persona vea dos de cualquier objeto que esté mirando: uno al lado del otro, uno encima del otro, en objetos que aparecen en ángulo. Puede ocurrir sólo cuando se mira en determinadas direcciones, ya sea de frente o de lado. La visión doble también puede provocar sensaciones de náuseas o vértigo, y afectar al equilibrio de la persona.
El movimiento involuntario de los ojos, o nistagmo, es una sacudida rítmica o rebote en uno o ambos ojos. A menudo no afecta a la visión, y muchos pacientes no se dan cuenta de que tienen nistagmo hasta que se detecta en un examen. Pero, en algunas personas, estos movimientos pueden afectar a la visión, pareciendo que los objetos se mueven de un lado a otro, tiemblan o se agitan (una condición llamada oscilopsia). El estrés, la fatiga o el calor pueden agravar este problema de visión, al igual que otros síntomas oculares de la EM.
Tratamiento de los problemas de visión en la EM
La mayoría de los problemas de visión acaban mejorando por sí solos, pero existen tratamientos para los síntomas más graves.
Si la visión doble es molesta, poner un parche en un ojo puede ayudar temporalmente, ya que bloquea una de las imágenes. Pero un parche en el ojo no se aconseja para su uso a largo plazo, ya que afecta a la capacidad del cerebro para corregir este problema por sí mismo. También pueden recetarse gafas con prismas especiales, aunque la visión doble suele ser temporal y desaparecerá por sí sola. El simple hecho de descansar los ojos periódicamente puede suponer un alivio.
Pueden utilizarse algunos fármacos, como el clonazepam, la gabapentina y el baclofeno, para aliviar los movimientos involuntarios y espasmódicos de los ojos que afectan a la visión, pero no a todo el mundo le ayudan.
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