Últimamente se han exagerado los informes sobre la «grasa marrón». A diferencia de la grasa que tenemos mayoritariamente (grasa blanca), la grasa marrón es capaz de quemar más energía. Así que la teoría dice: si tenemos más grasa marrón, podemos perder peso. Pero los informes selectivos y la desinformación han difuminado las líneas entre la realidad y la ficción.
¿Qué es la grasa parda?
Agarra ese rollo de grasa en tu estómago: eso es grasa blanca. El trabajo de la grasa blanca es principalmente almacenar energía, y luego liberarla cuando otros órganos la necesitan. Tenemos mucha menos grasa marrón, que se esconde en lo más profundo del torso y el cuello. La función principal de la grasa parda es calentar nuestro cuerpo cuando tenemos frío. Para producir calor, las células de grasa parda gastan (queman) energía.
Décadas de investigación, principalmente en ratas y ratones, nos dicen que cuando la grasa parda se «activa» desde su estado de reposo (por ejemplo, por la exposición al frío) puede quemar mucha energía en relación con su pequeño tamaño. El potencial para la salud radica en si este poder de quemar energía puede aprovecharse para tratar la obesidad.
La presencia de la grasa parda en los humanos adultos se conoce desde hace décadas. Aunque anteriormente se creía que no tenía ninguna función, en 2009 una serie de estudios demostró que sí quema energía cuando se activa con la exposición al frío a corto plazo (minutos/horas). Nuestra grasa parda no puede quemar tanta energía como la grasa parda de los ratones, y algunas pruebas sugieren que su nivel normal de quema de energía es tan bajo como para ser irrelevante.
Cuando la grasa parda no se «activa», su gasto energético es muy bajo. El nivel de exposición al frío y la cantidad de superficie de la piel expuesta controlan la cantidad de gasto energético. Lo más importante es que el «entrenamiento» de la grasa parda la obliga a mejorar la quema de energía. Pero el entrenamiento implica semanas de exposición diaria al frío durante varias horas, algo que los humanos modernos rara vez, o nunca, hacemos.
¿Pueden las duchas frías activar la grasa parda?
Esta nueva conciencia de la grasa parda ha llevado, como era de esperar, a exagerar su propósito, función y beneficios en los humanos. La exposición al frío como moda de salud ha impulsado esta reciente popularidad. Las recomendaciones habituales para activar la grasa parda son las duchas frías y (preocupantemente), la inmersión durante periodos cortos en gas nitrógeno muy frío (por debajo de -100°C).
La grasa parda, al igual que el músculo, sigue el principio de «úsalo o piérdelo» y, como se ha destacado anteriormente, cuanto más la uses, mejor será. El entrenamiento de la grasa parda requiere la exposición al frío durante varias horas al día. Así que breves periodos como unos minutos en la ducha o una inmersión en gas nitrógeno intercalados en un estilo de vida por lo demás cálido son poco probables para entrenar la grasa parda de manera significativa.
Si los devotos de fuerte voluntad están dispuestos a participar en horas de exposición diaria al frío, lo más probable es que aumenten la capacidad de quemar energía de su grasa parda. Pero es poco probable que la pérdida de peso siga. Recuerde que la función principal de la grasa parda es mantenerle vivo, no adelgazar. Durante la exposición al frío, el hambre se estimula junto con la activación de la grasa parda para asegurar que hay suficiente combustible para el fuego.
¿Qué pasa con el ejercicio?
Estudios recientes en ratones muestran un papel para el ejercicio regular en el «oscurecimiento» de la grasa (haciendo que la grasa blanca y la marrón se vuelvan más marrones). Estos estudios sugieren que los músculos que se ejercitan liberan hormonas que hacen que las células de grasa marrón y blanca se vuelvan más «marrones», lo que significa que las células de grasa pueden quemar energía cuando se activan por el frío (señalando que el ejercicio en sí no activa la grasa marrón).
Pero la hipérbole de los medios de comunicación ignoró las mejores pruebas actuales de los estudios de entrenamiento con ejercicios en humanos que muestran lo contrario: se reduce el gasto energético de la grasa parda estimulada por el frío.
Y en contra de los informes recientes, hacer ejercicio en el frío no le permitirá ponerse en forma y aumentar la función de la grasa parda al mismo tiempo.
Suplementos nutricionales y medicamentos
A pesar de la promoción de los suplementos para aumentar el desarrollo de la grasa parda, actualmente no hay medicamentos o suplementos probados para aumentar la grasa parda en los seres humanos. Algunas pruebas sugieren que los extractos de plantas que contienen capsinoides (como el chile) activan la grasa parda, pero nunca se ha demostrado directamente que aumenten la quema de energía de la grasa parda en humanos.
Nuestra investigación también muestra que dos fármacos que nosotros y otros pensaron que aumentarían la función de la grasa parda, basándose en estudios anteriores en ratones y ratas, en realidad la disminuyeron.
El futuro: la grasa parda en la prevención de enfermedades?
La comprensión del papel y la relevancia de la grasa parda para nuestra salud se encuentra en una fase temprana, y todavía tenemos que descubrir toda su capacidad. Pasar frío la mayor parte del tiempo, durante un tiempo realmente largo, aumentará la función de la grasa parda, pero actualmente no hay pruebas de que existan opciones más adecuadas, en particular, que no estimulen también el hambre.
Tampoco sabemos si la activación de la grasa parda mejora directamente la salud. Aquí la evidencia más fuerte es que su función se reduce en las personas obesas. Pero aún se desconoce si esto es causa o efecto, y si la activación de la grasa parda podría revertir la obesidad. Está claro que se necesita más investigación en humanos para descubrir los hechos.