La col rizada cruda puede ser más nutritiva, pero también puede dañar su función tiroidea.
La col rizada, junto con otras verduras crucíferas, contiene una gran cantidad de goitrógenos, que son compuestos que pueden interferir con la función tiroidea (8).
Específicamente, la col rizada cruda contiene un tipo de goitrógeno llamado goitrinas.
Existen algunas preocupaciones sobre el consumo de col rizada cruda, ya que las goitrinas pueden disminuir la captación de yodo, que es esencial para la producción de hormonas tiroideas (8).
Esto es preocupante, ya que las hormonas tiroideas ayudan a regular el metabolismo. Como resultado, la disfunción tiroidea puede conducir a la reducción de los niveles de energía, el aumento de peso, la sensibilidad al frío y las irregularidades en el ritmo cardíaco (9).
Una revisión de las concentraciones de goitrina en las verduras crucíferas descubrió que sólo una ingesta excesiva de 2,2 libras (1 kg) de col rizada al día durante varios meses perjudicaba significativamente la función tiroidea en adultos por lo demás sanos (8).
Sin embargo, las investigaciones han demostrado que un consumo moderado de verduras ricas en goitrina, incluida la col rizada, es probablemente seguro para la mayoría de las personas.
Además, los estudios en animales y humanos indican que el consumo de brócoli y coles de Bruselas no afecta significativamente a los niveles de hormonas tiroideas o a su funcionamiento, lo que sugiere que cantidades moderadas pueden ser incluso seguras para aquellos con problemas de tiroides (10, 11).
Además, la ingesta regular de verduras crucíferas sólo se ha asociado a un mayor riesgo de cáncer de tiroides en mujeres con una ingesta muy baja de yodo (12, 13).
Aún así, dado que la cocción de las verduras desactiva la enzima responsable de la liberación de la goitrina, las personas con problemas de tiroides podrían beneficiarse de la cocción de la col rizada antes de consumirla, así como de asegurar una ingesta adecuada de yodo de alimentos como el marisco y los lácteos (14, 15).
La col rizada cruda contiene goitrinas, que pueden reducir los niveles de yodo y perjudicar la función tiroidea. Sin embargo, las investigaciones muestran que es poco probable que un consumo moderado de col rizada tenga efectos graves en la salud de la tiroides.