¿Qué es el miedo a la intimidad?
La intimidad es compleja. Es emocional, el compartir los sentimientos con el otro. Es intelectual, al compartir ideas y pensamientos. Es física, con el contacto no sólo sexual sino también no sexual. Y es vivencial, al compartir actividades juntos.
El miedo a la intimidad suele ser inconsciente y afecta a la capacidad de una persona para formar o mantener relaciones estrechas. No rechazan intencionadamente el amor del otro. Por el contrario, pueden comportarse de forma que creen tensión en una relación, lo que resulta en un final prematuro, antes de que pueda desarrollarse una intimidad más profunda. Esto afecta no sólo a las relaciones románticas, sino también a las amistades y a las relaciones familiares.
Este miedo puede desarrollarse por muchas razones. Pero para muchas personas, puede provenir de su relación infantil con los cuidadores. Los bebés lloran para expresar sus necesidades, y algunos cuidadores pueden responder de forma insensible o no responder en absoluto. Este es el primer apego social que tienen los bebés, y se convierte en un patrón del que aprenden. A lo largo de los años, este apego temprano se convierte en la forma en que entendemos las relaciones y afecta a cómo nos comportamos en las relaciones adultas.
El miedo a la intimidad también puede deberse a un trauma infantil, como la pérdida de uno de los padres o el abuso. Esto hace que la persona tenga dificultades para confiar en los demás. También puede deberse a un trastorno de la personalidad, como el trastorno de la personalidad por evitación o el trastorno de la personalidad esquizoide. Las personas con trastornos de la personalidad tienen patrones de pensamiento y comportamiento diferentes a los que la sociedad espera, lo que les dificulta establecer relaciones estrechas.