El cáncer de hígado se ha denominado «enfermedad silenciosa» porque muy a menudo los síntomas no se presentan hasta que la enfermedad está en sus últimas fases.
«Por lo general, la enfermedad se detecta en las pruebas de detección, antes de que aparezcan los síntomas», afirma el doctor Eugene R. Schiff, profesor de medicina y director del Centro de Enfermedades Hepáticas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami, en Florida. Al igual que ocurre con muchas formas de cáncer, el cáncer de hígado es más curable cuando se detecta a tiempo, por lo que recomienda que las personas de alto riesgo se sometan a un cribado cada seis meses.
Las personas de alto riesgo son las que tienen hepatitis B o C, o con cirrosis por cualquier causa. El cribado del cáncer de hígado suele incluir un examen físico, análisis de sangre para buscar una proteína producida por el cáncer de hígado y otras anomalías, y posiblemente pruebas de imagen como una ecografía o una tomografía computarizada del abdomen.
Cáncer de hígado: El papel del hígado
Aproximadamente del tamaño de un balón de fútbol, el hígado es el órgano más grande del cuerpo. Tiene cuatro lóbulos y ocupa el lado derecho del abdomen, dentro de la caja torácica.
El hígado desempeña un papel fundamental en muchos procesos metabólicos, como la digestión, la regulación de los niveles de azúcar en la sangre y la descomposición de las drogas y el alcohol para que puedan ser excretados del cuerpo.
También:
- Almacena vitaminas y minerales
- Controla la producción y excreción de colesterol
- Produce sustancias esenciales para la digestión y absorción normal de nutrientes
- Ayuda a convertir los alimentos en energía, proteínas, hormonas, y factores inmunitarios
- Desempeña un papel en la lucha contra las infecciones eliminando las bacterias del torrente sanguíneo
- Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen, posiblemente llegando a la espalda o al hombro. El dolor abdominal es probablemente el síntoma más común del cáncer de hígado, dice el doctor Schiff.
- Un bulto duro justo debajo de la caja torácica a la derecha
- Pérdida de peso involuntaria
- Náuseas o pérdida de apetito
- Fatiga
- Ascitis, o acumulación de líquido en el abdomen, que puede dar lugar a hinchazón abdominal
- Ictericia, o coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos
Puede pasar un tiempo antes de que aparezcan los síntomas del cáncer de hígado, pero cuando aparecen suele ser porque algunas de las funciones vitales que realiza el hígado están disminuidas o se han perdido.
Cáncer de hígado: Síntomas tempranos
La mayoría de los síntomas del cáncer de hígado son causados por cambios físicos en el hígado -como la hinchazón- y por cambios en la función del órgano que el cáncer produce. Incluyen:
Cáncer de hígado: Síntomas posteriores
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas posteriores pueden incluir:
La ictericia se produce cuando una sustancia llamada bilirrubina se acumula en la sangre. La bilirrubina es un producto de desecho formado por la descomposición de los glóbulos rojos. Normalmente, el hígado elimina la bilirrubina de la sangre y la procesa para su excreción en las heces, pero cuando una enfermedad como el cáncer perjudica la capacidad del hígado para realizar esta función, la bilirrubina puede acumularse en la sangre e impartir su tinte amarillo-anaranjado en la piel o los ojos.
Por último, si el diagnóstico del cáncer de hígado se retrasa lo suficiente, podría producirse una hemorragia en el tracto digestivo, advierte Schiff.
Tenga en cuenta que estos síntomas se producen en muchas otras enfermedades del hígado y otros órganos, por lo que ninguno de ellos es un signo seguro de cáncer. No obstante, son señales para acudir al médico lo antes posible para que pueda realizar las pruebas necesarias y hacer un diagnóstico preciso.
Como dice Schiff, «la detección temprana es lo mejor, porque aumenta las posibilidades de curación».