¿Puede un suplemento de fibra ayudar a las personas con síndrome del intestino irritable (SII) que siguen una dieta baja en FODMAP o FODMAP modificada? Antes de responder a esta pregunta es importante abordar qué es la fibra, dónde encontrarla, cuáles son sus beneficios y cuándo nuestra dieta corre el riesgo de ser baja en fibra.
¿Qué es la fibra?
La fibra es un componente clave de los carbohidratos de todos los alimentos vegetales (por ejemplo, frutas, verduras, cereales y legumbres) que no es digerible. En cambio, la fibra realiza muchas otras funciones que ayudan a mantener el intestino y el resto del cuerpo sanos. Existen diferentes tipos de fibra, a saber, insoluble, soluble y prebiótica (incluido el almidón resistente).
¿Dónde se encuentra la fibra?
Los alimentos contienen de forma natural una mezcla de muchos tipos diferentes de fibra, por lo que lo ideal es obtener la fibra de una variedad de fuentes alimentarias como los cereales integrales, las frutas, las verduras, los frutos secos y las legumbres cada día. Por el contrario, los suplementos de fibra suelen contener un tipo específico de fibra y pueden ser útiles cuando resulta difícil obtener una ingesta adecuada de fibra sólo a partir de los alimentos.
Los beneficios de la fibra
La fibra desempeña muchas funciones importantes en el organismo, desde la regulación de los hábitos intestinales (por ejemplo, el alivio del estreñimiento), el suministro de combustible para el microbioma intestinal y la normalización de los niveles de azúcar y colesterol en sangre. La fibra dietética se presenta en muchas formas y tamaños diferentes y los distintos tipos tienen efectos claramente diferentes en el organismo. Por ejemplo, un tipo de fibra puede ser especialmente bueno para regular los niveles de azúcar en sangre, pero tener efectos mínimos en los hábitos intestinales o viceversa.
El riesgo de una dieta baja en fibra
Cuando se elimina/restringe un tipo de alimento de la dieta típica de una persona, existe el riesgo potencial de reducir importantes macro o micronutrientes, y la fibra es uno de ellos. Como ya sabrá, al reducir los FODMAP en la dieta existe el riesgo potencial de reducir la ingesta total de fibra. Esto ocurre especialmente cuando se limitan las fuentes de fibra clave que contienen trigo, centeno, cebada y legumbres en una dieta baja en FODMAP. Se recomienda que los australianos consuman entre 25 y 30 g de fibra dietética al día, pero actualmente la ingesta media está muy por debajo de las recomendaciones.
La idoneidad de los suplementos de fibra para las personas con SII depende de las características fisiológicas de la fibra que contienen -por ejemplo, la solubilidad de la fibra en agua, la capacidad de retención de agua y la fermentabilidad- o el potencial para contribuir a la producción de gas en el intestino grueso. Aunque se ha realizado un número considerable de estudios para medir los efectos de los suplementos de fibra en personas con SII, la interpretación de sus resultados no siempre es fácil.
A continuación se presenta un resumen de las pruebas del uso de suplementos de fibra en el SII:
- El perfil de fermentabilidad de los diferentes tipos de fibra y su potencial para contribuir a la producción de gas en el intestino grueso puede ser especialmente importante en los pacientes con SII.
- Los suplementos de fibra que contienen salvado de trigo, fructo-oligosacáridos (FOS) y galacto-oligosacáridos (GOS) que promueven una gran producción de gas en el intestino grueso (especialmente durante un corto período de tiempo) parecen exacerbar más los síntomas del SII.
- Los tipos de fibra que son menos «formadores de gas» pueden ser mejor tolerados por las personas con SII – esto incluye el psilio, las semillas de lino, la avena, la esterculia y la metilcelulosa.
- Los datos preliminares de otros tipos de fibra, como la goma guar parcialmente hidrolizada (PHGG), son prometedores y sugieren que puede ayudar en el tratamiento tanto de los subtipos de SII en los que predomina el estreñimiento como la diarrea.
- La PHGG parece tener propiedades «prebióticas», es decir, que promueve el crecimiento de especies bacterianas beneficiosas en el intestino grueso, como los lactobacilos y las bifidobacterias.
- Otros tipos de suplementos de fibra, como los basados en la «dextrina de trigo», no se han estudiado formalmente en el SII