Si lees la etiqueta en la parte posterior de la botella verás rápidamente que el Mountain Dew dietético no tiene ningún valor nutricional redentor; sin embargo, el Mountain Dew dietético contiene un ingrediente que tal vez quieras evitar: el aspartamo. ¿Por qué? Según un artículo de Harvard Health, aunque la FDA ha aprobado el uso de una serie de edulcorantes artificiales -5 para ser exactos, entre ellos el aspartamo- hay algunas advertencias que acompañan a su uso. Algunas investigaciones sugieren que, si bien estos edulcorantes eliminan las altas calorías que conlleva el azúcar, pueden hacer que la gente anhele alimentos más dulces y menos nutritivos sin asociar el dulzor con las calorías. Esto podría llevar a comer en exceso y a ganar peso. La revista Boston Magazine señala un estudio realizado en ratones por el Hospital General de Massachusetts que sugiere que los edulcorantes artificiales como el aspartamo pueden favorecer el aumento de peso al interferir con una enzima que combate la obesidad. Si usted está bebiendo Mountain Dew de dieta para ayudar a controlar su peso, es posible que desee reconsiderar.
Y si eso no le disuade de beber Mountain Dew de dieta, entonces tal vez el sabor lo hará. Los puristas de Mountain Dew juran que la versión dietética puede parecerse al refresco normal, pero su sabor no se parece en nada. Un escritor de Brinks Market describió el Mountain Dew dietético como un «regusto amargo», mientras que un crítico de Vice dijo que el «mordisco acre» del edulcorante artificial hacía un flaco favor al refresco y a su base de fans.