Los informes estiman que la deforestación y la conversión agrícola han provocado la tala de unos 30 millones de acres (12 millones de hectáreas) de bosque de Sumatra en los últimos 22 años, una pérdida de casi el 50%. Además de la deforestación, el tigre de Sumatra también está amenazado por la fragmentación de su hábitat, que se produce incluso en las zonas protegidas (aunque en menor medida que en las regiones no protegidas). La invasión del hábitat del tigre ha desencadenado conflictos cada vez más frecuentes y mortales entre humanos y tigres. Y la caza furtiva y el comercio ilegal de partes de tigre (huesos molidos para curas populares, genitales para alimentación y pieles para el pelaje) siguen suponiendo una enorme amenaza. Según un informe de Shepherd y Magnus, entre 1998 y 2002 se mataron al menos 51 tigres al año, el 76 por ciento para el comercio y el 15 por ciento por conflictos entre humanos y tigres. Un estudio realizado en 2007 por Ng y Nemora encontró partes de al menos 23 tigres a la venta en mercados de la isla de Sumatra. Entre los depredadores se encuentran halcones y otras rapaces, gatos salvajes y grandes serpientes.