Tres consejos para superar el mal de amores

El mal de amores implica una profunda tristeza y una gran desesperación que proviene de la imposibilidad de poder estar con alguien que amas. Puede que la otra persona no te ame o te haya amado pero el sentimiento ha desaparecido. Estás entonces en una situación que no puedes aceptar, pero pase lo que pase, seguirás sin poder tener lo que quieres.

«La peor manera de echar de menos a alguien es sentarte a su lado y saber que nunca podrás tenerlo.»
-Gabriel García Márquez-

Como casi todo en la vida, el mal de amores también conlleva un proceso de reflexión, autodescubrimiento y crecimiento. Leonardo Palacios explica que «el mal de amores es un sentimiento de, en general, tristeza, y tiene tres fases: la negación, la culpa y la aceptación»

La negación, según Palacios, implica tratar de recuperar la pérdida o una parte de la misma. La culpa, por su parte, implica buscar un responsable de lo sucedido. Por último, la aceptación implica el consentimiento y la comprensión de la ruptura emocional.

Sin embargo, es importante aclarar que estas tres fases o etapas no siempre son vividas o superadas en su totalidad. Esto termina obstaculizando y dificultando el normal desarrollo de la persona en su vida social y emocional.

Para evitarlo, aquí tienes tres consejos que pueden ayudarte a superar el mal de amores:

Dedos tristes

Entiende que el amor tiene un principio y un final

Quizás lo más desconcertante del amor es que, como tantos otros acontecimientos de la vida, tiene un principio y un final. Incluso los amores más grandes y completos del mundo tienen que terminar, ya sea la propia muerte la que los acabe. Ese es el final de la historia, y esto causa un gran dolor.

En general, no es necesario que la muerte juegue su papel para entender que el amor es fugaz. Tal vez esto provenga en parte de la naturaleza dinámica de las generaciones modernas: todo es rápido, todo pasa volando y nada dura.

El problema es que, a veces, una historia que está destinada a terminar acaba quedándose atrapada en tu corazón.

No importa cuáles sean tus expectativas, el amor es siempre un territorio incierto. Además, por una u otra razón, es seguro que cuando hay amor, también hay algo de dolor. Tarde o temprano, las circunstancias «A» o «B» siempre conducen a su fin. Desgraciadamente, esta es la ineludible realidad.

Una cosa no sustituye a la otra

El afán por estar con alguien -quizá sin saber realmente por qué- hace que a veces cambiemos de pareja como cambiamos de ropa. Y cuando una persona no vive adecuadamente el duelo de una ruptura, en lugar de solucionar su problema, simplemente añadirá otro a su vida.

Al fin y al cabo, «una cosa no sustituye a otra». Más bien, lo que hace es hundirse en la herida y hacerla crecer aún más. El problema es que podemos entrar en una cadena de nuevas relaciones y rupturas. Al final, esto sólo conduce a una profunda sensación de vacío, cuando no de depresión o ansiedad.

Reconsiderar tu vida emocional es un paso positivo. Sin embargo, para volver a amar de forma sana, primero debes aprender de tus experiencias pasadas. Sin eso, es obvio lo que sucederá. Después de todo, «quien no conoce la historia está condenado a repetirla». Esto es aún más cierto si se trata de tu propia historia.

No se olvidan los grandes amores de la noche a la mañana

El mal de amores es una experiencia difícil. Sin embargo, es importante experimentarlo en diferentes momentos. Esto nos permite crecer y madurar. Además, no hay que olvidar que el verdadero aprendizaje no viene de los libros (aunque sean de gran ayuda), sino de las experiencias vitales.

No hay que olvidar que el dolor es una sensación que todos intentamos evitar de forma natural. No estamos diciendo que crezcas para disfrutar del dolor, en absoluto, sino que debes ser consciente de que a veces funciona como el mayor maestro de la vida. Forma parte de la sabiduría del universo. Es una oportunidad para conocernos mejor y para recordar que al privarnos de algo que amamos, podemos aprender muchas lecciones valiosas.

Por eso hay que darle tiempo. Roma no se construyó en un día, y tampoco los grandes amores ni los grandes olvidos. Nuestras experiencias de amor son intensas y complejas, por eso es necesario digerirlas adecuadamente y controlar el dolor y el malestar que nos causan. Así, podremos aprender de verdad de la situación.

Mujer con mar y barco

No hay una receta mágica para curar el mal de amores. Sin embargo, recuerda que si estás pasando por un momento difícil, es importante que recuerdes ser siempre tolerante. Esto significa ser tolerante contigo mismo, con la persona amada que ya no está contigo y con las poderosas y sorprendentes dinámicas de esta vida siempre cambiante.

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