Tú no eres tu trabajo. Tampoco eres tu cuenta de Instagram, ni tu cuenta de Facebook, ni el número de seguidores que tienes en Twitter. No eres tu coche, ni tu casa. No eres tus músculos ni tu grasa. No eres tu acné ni tu piel perfecta. No eres tus hijos, ni tus amigos, ni la gente a la que impresionas en los cócteles y/o en los bares de copas. Me alegro de que hayamos sacado eso del camino!
Hemos establecido lo que no eres, así que vamos a sumergirnos en lo que eres: cuál es tu propósito en la vida. Completa el siguiente ejercicio, ya sea en papel o en línea en tu Diario MyMLC (un servicio gratuito que ofrecemos para ayudarte a llevar un registro de tus ejercicios de Entrenamiento del Alma). Responde a cada pregunta con la mayor sinceridad posible. No pienses en cuál debería ser la respuesta. En su lugar, responde desde tu corazón. Escribe la respuesta que surja intuitivamente de la pequeña y tranquila voz de tu interior. Podrías leer Lo que significa ser honesto contigo mismo – otro post de Entrenamiento del Alma – antes de empezar. También te ayudará leer El viaje comienza, del rabino Simon Jacobson, que explica el proceso de descubrimiento de tu misión personal, basado en miles de años de enseñanzas místicas.
Para algunos de vosotros, la primera respuesta que os venga a la mente será la respuesta de vuestra alma. Para otros, las preguntas pueden requerir reflexión, llevar un diario o meditación. Haz lo que mejor te funcione.
Pregunta uno: En tres palabras, describe tu personalidad.
Pregunta dos: Enumera cinco de tus intereses más dominantes.
Pregunta tres: Describa su carácter, incluyendo sus virtudes, vicios, fortalezas y debilidades.
Pregunta cuatro: Enumere las últimas cuatro oportunidades que le abrieron las puertas. ¿Quién facilitó esas oportunidades?
Pregunta cinco: En el próximo año, ¿qué oportunidades le gustaría que se le abrieran?
Pregunta seis: ¿Quiénes son las personas con las que más te relacionas? Enumere la(s) mayor(es) alegría(s) y el(los) mayor(es) desafío(s) al tratar con ellos.
Pregunta siete: Si tiene un mentor, describa lo que admira de su mentor. Si aún no tiene un mentor, describa qué cualidades le gustaría que tuviera su mentor, cualidades que le gustaría emular.
Pregunta ocho: Enumera los lugares en los que has vivido. ¿Qué posibilidades le ofreció cada lugar?
Pregunta nueve: Enumere los lugares a los que ha viajado. Puedes enumerar sólo los que tuvieron un efecto claro en ti, o todos ellos. En cada lugar, ¿qué cambió en ti como resultado de tu visita? Qué te enseñó la visita a cada lugar?
El siguiente paso es revisar tus respuestas con un amigo o mentor de confianza. Qué conclusiones sobre la misión de tu vida puedes sacar? Dónde has estado en la vida, y a dónde quieres ir en la vida? Tus respuestas a las nueve preguntas anteriores deberían darte una idea de lo que puedes aportar al mundo: lo que puedes aportar a tu comunidad, a tus amigos y familia, a tu trabajo. Busca las experiencias vitales únicas que te han formado, así como las experiencias futuras que te gustaría tener. Tu propósito en la vida surgirá de la revisión de tus respuestas.