En el CHOP, el diagnóstico de la vulvitis comienza con una serie de preguntas sobre el historial médico general de la paciente, el ciclo menstrual, los síntomas y cualquier actividad sexual. A continuación se realiza un examen físico, que puede incluir un examen pélvico. Damos la bienvenida a los padres y cuidadores como socios clave para apoyar el cuidado de una persona joven durante y después del tratamiento de la vulvitis.
Para ayudar a los jóvenes a desarrollar las habilidades necesarias para ser responsables de su propia salud, los médicos suelen pedir pasar tiempo a solas con los pacientes durante cada visita. Esto ayuda a que los jóvenes se sientan cómodos hablando con sus proveedores de atención médica sobre sus preocupaciones y permite a los pacientes hacer preguntas que pueden ser más difíciles de decir delante de sus padres y cuidadores. Respetamos la privacidad y la confidencialidad de nuestros pacientes jóvenes, a la vez que nos aseguramos de que los jóvenes estén seguros y conectados a los servicios y recursos adecuados que necesitan.
Para confirmar el diagnóstico de vulvitis -así como para descartar causas más graves de la irritación vaginal- los médicos pueden realizar las siguientes pruebas:
- Análisis de orina
- Pruebas de enfermedades de transmisión sexual (ETS)
- Trabajos de sangre u otras pruebas para evaluar otras causas médicas de los síntomas
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