Guinguette Marais Poitevin

El talento temprano del niño para la música era notable. A los tres años ya elegía acordes en el clavicordio, a los cuatro tocaba piezas cortas y a los cinco componía. Hay anécdotas sobre su memoria precisa de la afinación, sobre su garabato de un concierto a los cinco años, y sobre su delicadeza y sensibilidad (le daba miedo la trompeta). Poco antes de cumplir los seis años, su padre les llevó a él y a Nannerl, también de gran talento, a Múnich para que tocaran en la corte bávara, y unos meses más tarde fueron a Viena y se les escuchó en la corte imperial y en las casas nobles.

«El milagro que Dios dejó nacer en Salzburgo» fue la descripción que Leopoldo hizo de su hijo, y era muy consciente de su deber para con Dios, tal y como él lo veía, de dar a conocer el milagro al mundo (y de paso sacar provecho de ello). A mediados de 1763 obtuvo un permiso para ausentarse de su cargo de Kapellmeister adjunto en la corte del príncipe-arzobispo de Salzburgo, y la familia emprendió una prolongada gira. Recorrieron los principales centros musicales de Europa occidental: Múnich, Augsburgo, Stuttgart, Mannheim, Maguncia, Fráncfort, Bruselas y París (donde permanecieron durante el invierno), y luego Londres (donde pasaron 15 meses), regresando por La Haya, Ámsterdam, París, Lyon y Suiza, y llegando de nuevo a Salzburgo en noviembre de 1766. En la mayoría de estas ciudades, Mozart, y a menudo su hermana, tocaban e improvisaban, a veces en la corte, a veces en público o en una iglesia. Las cartas que se conservan de Leopold a sus amigos de Salzburgo hablan de la admiración universal que despertaban los logros de su hijo. En París conocieron a varios compositores alemanes, y se publicó la primera música de Mozart (sonatas para teclado y violín, dedicadas a una princesa real); en Londres conocieron, entre otros, a Johann Christian Bach, el hijo menor de Johann Sebastian Bach y figura destacada de la vida musical de la ciudad, y bajo su influencia Mozart compuso sus primeras sinfonías, de las que sobreviven tres (K 16, K 19 y K 19a-K, que significa el lugar que ocupa la obra en el catálogo de Ludwig von Köchel). Le siguieron otras dos durante una estancia en La Haya en el viaje de vuelta (K 22 y K 45a).

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Después de poco más de nueve meses en Salzburgo, los Mozart partieron hacia Viena en septiembre de 1767, donde (aparte de una pausa de 10 semanas durante una epidemia de viruela) pasaron 15 meses. Mozart escribió un singspiel alemán en un acto, Bastien und Bastienne, que fue presentado en privado. Más esperanzas tenía en su perspectiva de hacer una ópera bufa italiana, La finta semplice («El simplón fingido»), en el teatro de la corte; esperanzas que, sin embargo, se vieron frustradas, para indignación de Leopoldo. Sin embargo, una importante obra de misa festal (probablemente K 139/47a) fue interpretada con éxito ante la corte en la inauguración de la iglesia del Orfanato. La finta semplice se ofreció al año siguiente, 1769, en el palacio arzobispal de Salzburgo. En octubre, Mozart fue nombrado Konzertmeister honorario de la corte de Salzburgo.

Aún con 13 años, Mozart había adquirido una considerable fluidez en el lenguaje musical de su época, y era especialmente hábil en la imitación del equivalente musical de los dialectos locales. Las primeras sonatas de París y Londres, cuyos autógrafos incluyen la ayuda de Leopold, muestran un placer infantil por los patrones de notas y texturas. Pero las sinfonías de Londres y La Haya dan fe de su respuesta rápida e inventiva a la música que había encontrado, al igual que, con su enriquecimiento de la textura y su desarrollo más completo, las que produjo en Viena (como la K 43 y, especialmente, la K 48). Y su primera ópera italiana muestra una rápida comprensión del estilo buffo.