Por BEERMAG –
No hay nada más satisfactorio que una buena cerveza fría para calmar la sed después de cortar el césped o montar en bicicleta. En la antigüedad, era más seguro beber cerveza que agua, pero la cerveza de entonces tenía mucho menos alcohol. Hoy en día, la mayoría de las cervezas superan el 5% de ABV, lo que las hace cuestionables con respecto a la hidratación.
La cerveza se compone de agua, cebada, lúpulo y levadura. Todos estos ingredientes naturales son fuentes saludables de carbohidratos, grasas, proteínas, fibra, vitaminas y minerales, y también contienen electrolitos y fito-nutrientes. El proceso de fermentación también tiene un efecto positivo sobre estos ingredientes al promover una mayor biodisponibilidad y actividad enzimática. Esto significa esencialmente que los ingredientes de la elaboración de la cerveza se cambian a una forma que los hace fácilmente absorbibles y utilizables por el cuerpo.
Un estudio publicado en The Journal of Applied Physiology exploró la calidad hidratante del alcohol después de la deshidratación inducida por el ejercicio. En el estudio, se consumieron 2,2 litros de una cerveza sin alcohol, junto con una cerveza de 1, 2 y 4% ABV, a lo largo del estudio. El estudio sugiere que las bebidas con bajas concentraciones de alcohol tienen «un efecto diurético insignificante» cuando se consumen en un estado de deshidratación inducida por el ejercicio, lo que significa que hidratarse con agua o con una cerveza de bajo alcohol (~2% ABV) es efectivamente lo mismo. También descubrieron que una cerveza con un 4% de alcohol tenía las mismas cualidades hidratantes, pero tardaba más en conseguir los mismos resultados. Esta es una buena noticia teniendo en cuenta que no encontrarás demasiadas cervezas con un 2%.
Así que la próxima vez que hayas sudado, vete a por una cerveza de sesión fría e hidrátate.