Como campo profesional, la salud pública ofrece una amplia variedad de ocupaciones especializadas que trabajan hacia un objetivo común: mejorar la vida de las comunidades y los individuos a través de la investigación científica, la promoción de la salud y el desarrollo de políticas. Aunque el acceso a la atención sanitaria regular es una parte esencial de la lucha contra las enfermedades infecciosas y crónicas, educar al público para prevenir estos problemas de salud es igualmente importante. Para tener un impacto significativo y duradero, los profesionales de la salud pública crean sistemas basados en pruebas para fomentar comportamientos saludables y prevenir enfermedades a nivel local, estatal y nacional. Ahí es donde entra en juego la política de salud pública.
¿Qué es la política de salud pública?
Aunque la salud pública se considera a menudo un esfuerzo orientado a la medicina, el campo abarca una amplia gama de áreas de interés, incluyendo la odontología, el medio ambiente, el suministro de alimentos, la salud ocupacional e incluso los accidentes de tráfico. Esta diversidad queda plasmada en la campaña «La salud en todas las políticas» de los CDC, que hace hincapié en la multitud de factores, más allá de la atención sanitaria, que influyen en el bienestar individual y comunitario. El enfoque HiAP combina la investigación basada en la evidencia, la elaboración de políticas y la divulgación en la comunidad para lograr mejores resultados sanitarios e identificar los peligros ambientales que pueden suponer un riesgo para el bienestar de las personas, las organizaciones, la nación y el mundo. Más concretamente, una política sanitaria bien elaborada puede ayudar a la asignación de recursos: mediante la creación de programas respaldados por el gobierno, los funcionarios de salud pública pueden mejorar el acceso de la comunidad a los recursos sanitarios y educar a las personas sobre el autocuidado adecuado.
La política de salud pública existe en la intersección entre los expertos médicos, los legisladores estatales y federales, los educadores sanitarios y el sistema sanitario en general. A través de una estrecha colaboración, los funcionarios del gobierno y los cuidadores clínicos trabajan para eliminar las desigualdades en materia de salud, poner de relieve los riesgos sanitarios emergentes y desarrollar soluciones prácticas basadas en los últimos conocimientos científicos. Con el tiempo, es posible que algunas políticas de salud pública deban revisarse o sustituirse por completo para seguir siendo pertinentes. En estos casos, los profesionales de la salud pública actúan como intermediarios entre los legisladores y la comunidad sanitaria para defender la mejora de los resultados de los pacientes y las estructuras de apoyo.
¿Cómo apoyan los datos científicos las políticas de salud pública?
Cada problema de salud pública tiene sus propios retos, oportunidades y limitaciones, por lo que la investigación basada en datos científicos es la base del desarrollo de políticas. Antes de que los responsables políticos y los líderes puedan redactar una propuesta de política, primero tienen que entender cuál es el problema de salud pública que están abordando y cómo lograr los mejores resultados, lo que se consigue con pruebas. Algunos ejemplos comunes de políticas de salud pública incluyen:
Consumo de tabaco
Cuando el gobierno de los Estados Unidos comenzó a investigar agresivamente las consecuencias del consumo de tabaco, rápidamente se dieron cuenta de que el público en general no era consciente de las posibles consecuencias para la salud del tabaquismo habitual. En 1964, el Cirujano General publicó el primer informe sobre el tabaco y la salud. En aquella época, alrededor del 40% de los estadounidenses eran fumadores habituales, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y pocos entendían el impacto del tabaco en sus pulmones y en su salud en general.
En los años siguientes, los expertos médicos desarrollaron una mayor comprensión del impacto del tabaco en el cuerpo humano y su conexión con el cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer. Esta investigación científica ayudó a persuadir a los legisladores para que actuaran a través de políticas de salud pública, lo que condujo a una ola de legislación destinada a frenar las tendencias del tabaquismo.
Al principio, los funcionarios de salud pública se centraron en asegurar que los consumidores tuvieran información precisa sobre el consumo de tabaco que informara su comportamiento. Pero con el tiempo, se publicaron nuevas políticas centradas en el impacto negativo del humo de segunda mano. La lucha contra el consumo de tabaco continúa y se ilustra en la campaña nacional de educación sobre el tabaco de los CDC, que se lanzó en 2014. Durante los tres primeros años, el programa persuadió a 1,8 millones de fumadores para que intentaran dejarlo, y se calcula que 104.000 estadounidenses dejaron el hábito para siempre. También estamos viendo la ampliación de las políticas, que se han desarrollado para abordar el uso del tabaco en los espacios públicos e incluso la venta de productos de vaping.
Seguridad alimentaria
La política de salud pública también trabaja para mitigar los factores ambientales que pueden afectar al bienestar de la comunidad. Según los CDC, 1 de cada 6 estadounidenses sufre una enfermedad transmitida por los alimentos cada año, lo que provoca una media de 128.000 hospitalizaciones y 3.000 muertes. Antes de la creación de la Red de Vigilancia Activa de las Enfermedades de Transmisión Alimentaria (FoodNet) en 1996, no había una forma de que los funcionarios de salud pública hicieran un seguimiento preciso de este tipo de afecciones. Esta falta de supervisión no hacía más que agravar el problema, ya que los principales responsables de la toma de decisiones no estaban seguros de qué medidas podían tomarse para reducir la creciente tasa de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Gracias a FoodNet, los profesionales de la salud pública y los expertos médicos han podido llevar a cabo la vigilancia de los patógenos más dañinos transmitidos por los alimentos, como la ciclospora, la salmonela y la listeria. Estos datos epidemiológicos han demostrado ser muy valiosos para la investigación clínica y han proporcionado la información que los investigadores necesitan para desarrollar la vigilancia de la población. Aunque el área de vigilancia de FoodNet sólo incluye el 15% de la población estadounidense, los CDC confían en que más estados se unan a la red en los próximos años.
Seguridad vial
Actualmente, los accidentes de tráfico causan más de 32.000 muertes y 2 millones de lesiones en Estados Unidos cada año, según los CDC. Aunque la conducción en estado de embriaguez, el exceso de velocidad y el envío de mensajes de texto influyen en algunos de estos accidentes, uno de los principales responsables es el uso del cinturón de seguridad. De hecho, aproximadamente la mitad de los conductores y pasajeros que murieron en colisiones en las carreteras estadounidenses no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente. ¿Cuál es la eficacia de estos dispositivos de seguridad? Una investigación de los CDC reveló que, entre los conductores y los pasajeros de los asientos delanteros, el uso del cinturón de seguridad reduce el riesgo de muerte en un 45% y el de lesiones graves en un 50%. A pesar de estos resultados, muchos conductores siguen prescindiendo del cinturón de seguridad -alrededor de 1 de cada 7-, pero el problema ya no es tan profundo como antes.
Los funcionarios de salud pública y los responsables políticos han hecho un avance significativo en el uso del cinturón de seguridad en las últimas cuatro décadas, ayudando a reducir el número de víctimas mortales relacionadas con los accidentes. Según los datos recogidos por los CDC y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera, el uso del cinturón de seguridad aumentó del 11% en 1981 a aproximadamente el 85% en 2010 gracias a las nuevas leyes, las campañas educativas y las tecnologías. Mientras que las políticas de salud pública que implican el uso del cinturón de seguridad varían entre los estados, todos los territorios de Estados Unidos tienen alguna ley en los libros que describen las acciones de aplicación apropiadas.
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Las lecturas recomendadas:
Los principales problemas de salud pública & Preocupaciones
Explorando los trabajos populares de MPH y las habilidades que necesitas
Fuentes:
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, La salud en todas las políticas
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Las consecuencias para la salud del tabaquismo-50 años de progreso
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Impacto de la primera campaña publicitaria antitabaco financiada con fondos federales
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Burden of Foodborne Illness: Hallazgos
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, The Foodborne Diseases Active Surveillance Network (FoodNet)
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Motor Vehicle Crash Deaths
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Policy Impact: Cinturones de seguridad
Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, Marco de salud pública para mejorar la salud de la población a través de la atención sanitaria y los vínculos clínicos comunitarios