Las relaciones son una parte poderosa de lo que somos.
Pueden ayudarnos a sentir que pertenecemos, que tenemos algo que aportar a este mundo.
Pueden fortalecernos. Nos dan motivos para influir en el cambio y, lo que es más importante, para que nos cambien.
Pero a menudo es difícil conectar con la gente cuando no entendemos su origen.
¿Cómo aprendemos a interactuar de forma respetuosa y con conocimiento de causa con todas las personas de nuestra vida que existen fuera de nuestro círculo íntimo, personas cuya cultura y visión del mundo están tan alejadas de la nuestra? ¿Cómo utilizamos nuestras diferencias para fortalecer nuestro vínculo como seres humanos?
Para amar de cualquier manera debemos ser culturalmente competentes.
¿Qué es la competencia cultural?
La competencia cultural es la capacidad de comprender e interactuar eficazmente con personas de otras culturas.
Para tener competencia multicultural, necesitas:
- Una comprensión básica de tu propia cultura. (Es difícil entender la cultura de otro si no estás familiarizado con la tuya.)
- Una voluntad de aprender sobre las prácticas culturales y la visión del mundo de los demás.
- Una actitud positiva hacia las diferencias culturales y una disposición a aceptar y respetar esas diferencias.
¿Por qué es importante la competencia cultural?
Las personas con diversos orígenes raciales o étnicos, los refugiados, los migrantes y los inmigrantes están a nuestro alrededor. Esa es la naturaleza del mundo cada vez más diverso y hermoso en el que vivimos.
La Oficina del Censo estima que sólo en 2020, la migración internacional añadirá una persona a la población de Estados Unidos cada 34 segundos. Nuestro mundo está creciendo, y con él, nuestra oportunidad de construir relaciones valiosas y diversas.
La competencia cultural es importante porque sin ella, nuestra oportunidad de construir esas relaciones es imposible. En su lugar, coexistiremos con personas que no entendemos, creando así un mayor riesgo de malentendidos, sentimientos heridos y prejuicios, cosas que pueden evitarse.
Ejemplos de competencia cultural
La competencia cultural es necesaria en todos los aspectos de la vida, ya sea personal o profesional. He aquí algunos ejemplos que demuestran su importancia:
Competencia cultural en medicina
La competencia cultural es increíblemente importante en el campo de la medicina. Las enfermeras, en particular, actúan como defensoras de los pacientes, por lo que la falta de comprensión, ya sea una barrera cultural o lingüística, puede afectar significativamente a su capacidad para atender eficazmente a un paciente.
Un artículo de Critical Care Nurse compartía la historia de una madre vietnamita que dio a luz en un hospital estadounidense. Su recién nacido estaba muy enfermo y necesitaba cuidados prolongados. Antes de ser dada de alta, ayudó a alimentar y cambiar a su bebé, pero no hizo ningún intento de establecer un vínculo. Una vez que volvió a casa, ni ella ni su marido visitaron a su bebé.
El equipo médico estaba, como era de esperar, preocupado por este comportamiento, así que buscaron el consejo de una enfermera familiarizada con la cultura vietnamita…
Entonces lo entendieron.
Los padres creían que los espíritus -incluidos los espíritus malignos- se sienten atraídos por los bebés, y su ausencia alejaba esa atención de su bebé.
Lo que parecía ser la ausencia de cuidados para su hijo era, en realidad, un difícil acto de amor.
Competencia cultural en las relaciones personales
Un adolescente llamado Kenneth vino una vez de visita a Estados Unidos desde Pohnpei, una isla de 128 millas cuadradas situada en el Pacífico Sur.
Cuando subió al avión aquella tarde de junio de 1986, era la primera vez en su vida que estaba fuera de casa, o que se subía a un avión.
Kenneth y sus padres hicieron el largo viaje hasta Washington, D.C. Pueden imaginar el choque cultural que experimentó.
Kenneth apenas habló durante días. Había pasado de estar rodeado de océano a estar rodeado de un mar de tráfico, ruido, comida extraña y un idioma que no entendía del todo.
Un grupo de adolescentes se hizo amigo de Kenneth. Le preguntaron sobre su país y las costumbres de su isla, dónde iba a la escuela y los alimentos que comía.
En poco tiempo, Kenneth empezó a cobrar vida.
Sus nuevos amigos se enteraron de que Kenneth tenía un talento especial para hacer hermosas cestas. Uno de los padres de los chicos no tardó en encontrar suministros, y Kenneth enseñó a sus nuevos amigos a hacer sus propias cestas.
La visita de Kenneth sólo duró unas semanas, pero sigue en contacto con los amigos que hizo durante aquel memorable primer viaje a Estados Unidos hace más de 30 años.
Cuando hacemos un esfuerzo especial por comprender a las personas que conocemos, nuestras vidas y nuestras relaciones se enriquecen por ello.
Cómo ser culturalmente competente
La mejor manera de crecer en competencia cultural es sumergirse en el aprendizaje de otras culturas.
La competencia cultural no es necesariamente una habilidad que se pueda dominar, porque siempre hay gente nueva que conocer. Y ellas traen consigo nuevas culturas, historias familiares y visiones del mundo.
Nuestra meta no debería ser la maestría; puede ser simplemente tener un corazón dispuesto a compartir nuestra propia cultura y aprender sobre la cultura de los demás.
Aquí tienes algunas ideas que te ayudarán a mejorar tu competencia cultural:
1. Presta atención.
En el mundo actual, impulsado por la tecnología, es fácil pasar por alto casi todo y a todos los que nos rodean. Si quieres establecer relaciones con las personas que te rodean, desconecta y establece contacto visual. Sonríe. Saluda. Actúa como si te importara, y cuando empieces a hacer preguntas, la gente creerá que realmente lo haces.
2. Escucha.
¿Cuántas veces entablamos una conversación con alguien con quien no tenemos nada en común, o con quien no estamos de acuerdo en un tema importante? Alguna vez pensamos en dejar de lado nuestra propia incomodidad y tratamos simplemente de escuchar? Una de las mejores maneras de llegar a ser culturalmente competente es hacer preguntas, y luego escuchar atentamente con interés, sin intentar interrumpir o persuadir. En lugar de preguntar qué cree alguien sobre un determinado tema, pregúntale por qué cree lo que cree. Esta es una oportunidad para aprender más sobre sus creencias, experiencias y perspectiva.
3. Usa tu imaginación.
Es imposible entender completamente lo que es caminar en los zapatos de alguien cuya experiencia de vida es polarmente opuesta a la tuya, pero es valioso intentarlo. Imagina la vida de la forma en que la has oído describir, y te ayudará mucho a entender otras culturas y visiones del mundo.
4. Muestra interés.
Ya sea en una cena, en una clase de cocina o de idiomas, o en un festival especial que celebre su cultura, ve y aprende. Invítales a hacer lo mismo en tu mundo. Ambos seréis mejores por haber aprendido algo nuevo, y os divertiréis haciéndolo.
Si eres el tipo de persona curiosa a la que le gusta aprender, desarrollar la competencia cultural puede que ya te resulte fácil.
La vida es más rica cuando nos comprometemos con las personas que nos rodean, invitándolas a nuestro mundo y aprendiendo todo lo que podamos sobre el suyo. Y escucharnos unos a otros, tratando de oírlos de verdad y de entender sus perspectivas, es un paso crucial hacia la paz.